Nuestro país, sin duda, en el aspecto taurino, se caracteriza por los bellos conceptos arquitectónicos en cuanto al modelaje de sus plazas de toros y, actualmente, una de ellas está cumpliendo este sábado 6 de junio de 2020 sus ya 33 años de historia, nos refererimos al coso queretano de Provincia Juriquilla, un escenario con sabor único y que desde su apertura y hasta 2012, ya con una capacidad para cuatro mil 182 espectadores, sufrió algunas modificaciones que la hicieron todavía más bella y adquiriendo, desde un principio, mucha categoría y en la que ya han toreado todas las figuras del toreo del orbe gracias a la visión primaria de don Juan José Torres Landa y que trasmitió a sus hijos Juan José, Juan Francisco, Juan Gabriel, Juan Germán, Juan Arturo, Juan Antonio y Juan Ignacio.

Para saber más de este coso y de su XXXIII aniversario nos metimos a la escrupulosa obra que realizó sobre los 25 años del coso, en 2012, el licenciado en informática, historia y estadística Carlos Kreimerman.

“La historia de Juriquilla no se limita a la construcción de un visionario desarrollo de vivienda, turismo y entretenimiento, es el trabajo de haber llevado a la realidad lo que fue el sueño de un gran hombre como lo fue don Juan José Torres Landa, quien se hizo del terreno de lo que hoy es Juriquilla en los años 60, del siglo XX, anhelando poder construir una Provincia con todas las comodidades en el camino que lleva de Querétaro a entidades como Guanajuato y San Luis Potosí. Sin embargo, por diversas circunstancias don Juan José tuvo que renunciar a esta ambición y vendió los predios en 1970.

En 1985, los hijos de don Juan José compraron los predios y de inmediato el proyecto inmobiliario de Juriquilla concibiendo así el ideal de su padre. Desde esos momentos el plan nació con estrella pues había involucrados sentimientos de obligación a que todo el proyecto se desarrollara con éxito. Siete hermanos unieron sus talentos y sus esfuerzos para dar vida a un ambicioso sueño.

Fue entonces que en 1987 se inauguró de forma oficial Provincia Juriquilla con sus áreas de entretenimiento, entre las que destaca la plaza de toros, de ahí que todas las expectativas fueran superadas”.

De esta manera -indica Kreimerman-, los hermanos Torres Landa no escatimaron recursos y esfuerzos para impulsar la construcción de la plaza de toros, del hotel, del club de golf y del club náutico en el lago.

Por ello, uno de ellos, Juan Arturo, el taurino de la familia, con conocimientos y amistades de sobra en el medio de los toros, tomó desde el principio la responsabilidad del proyecto, pero siempre apoyado por sus hermanos, para hacer la plaza de toros y que ya es una de las importantes del país.

Se apunta que Juan Arturo reconoció que en el primer proyecto del desarrollo de Provincia Juriquilla no estaba contemplada la construcción de la plaza y que la idea de ello se generó cuando platicaba de manera informal con su hermano Juan Germán, quien vio el lugar y pensó que era adecuado para levantar la plaza de toros en un entorno natural. Por ello, a Juan Arturo, como buen taurino, le encantó la idea y fue así como se decidió erigir el coso suponiendo que sería un buen complemento para el desarrollo del complejo turístico.

“La corrida de inauguración tuvo un éxito que superó la expectativa y fue cuando se planteó hacer Fiesta en serio”, señala Kreimerman y acota que es así como Juan Arturo Torres Landa y sus más cercanos colaboradores Ricardo Vielma y Rubén Bandín, sin descontar a sus otros seis hermanos, lograron dar forma a los corrales de la plaza, la capilla, el patio de toreros, los accesos y pasillos, patio de cuadrillas, la enfermería, el palco de invitados y, por supuesto, sus emblemáticos burladeros, que fueron una más de las genialidades del constructor del inmueble, Juan Germán Torres Landa, quien los mandó a hacer con un artesano ebanista a Apaseo el Grande, Guanajuato y gustaron tanto que el diestro francés Sebastián Castella mandó a hacer burladeros idénticos para su finca sevillana.

Así llega el gran día, el de la inauguración de la plaza de toros de Provincia Juriquilla, en ese entonces con capacidad para mil personas, el sábado 6 de junio de 1987, en punto de las 17:00 horas, previa develación de una placa alusiva al evento por parte del gobernador del estado de Querétaro, Mariano Palacios Alcocer, para declararla solemnemente inaugurada.

Al histórico festejo, a invitación del empresario Juan Arturo Torres Landa, acudieron los gobernadores de San Luis Potosí, Leopoldino Ortiz; de Aguascalientes, Miguel Ángel Barberena y, por supuesto, el de Querétaro, Mariano Palacios Alcocer, además de tener invitados de lujo como Javier Garfias Sitges, Raúl Lebrija, don Nicolás González Rivas, propietario del coso Monumental “Santa María” de la ciudad de Querétaro, José Nieto, José Garfias de los Santos, Juan Germán Torres Landa y el asesor taurino Rubén Bandín.

El cartel primero lo integraron en mano a mano, los añorados Curro Rivera y Miguel Espinosa “Armillita Chico” para lidiar cuatro ejemplares de la dehesa del también recordado don Javier Garfias de los Santos.

El primer brindis lo hizo Curro al empresario Juan Arturo Torres Landa del primer toro que salió al ruedo llamado “Siempre Vivo”, mismo al que Rivera le cortó una oreja, primera que se cortó en esa plaza y que el torero regaló a Juan Arturo.

Por su parte, “Armillita Chico” al cuarto astado le cuajó una gran faena, destacando su toreo al natural, para obtener los primeros máximos trofeos, las dos orejas y el rabo.

De esta manera, en el coso de Provincia de Juriquilla, durante 33 años de actividad, se han dado y seguirán celebrándose festejos taurinos en mayo y septiembre, incluyendo novilladas y realizando festejos diferentes con el montaje de conciertos, la actuación de cantantes de ópera acompañados de orquestas sinfónicas y mariachis, además de espectáculos de flamenco y funciones de boxeo.

 

DATO

El sábado 6 de junio de 1987 los espadas Curro Rivera y Miguel Espinosa “Armillita Chico”, con toros de Garfias, inauguraron Provincia Juriquilla