Se informa que los espadas michoacanos, el matador de toros Antonio Mendoza y el novillero sin picadores Isaac Fonseca se mantienen en constante preparación pues a pesar de que en esta época del año la actividad taurina en el país disminuye de forma ostensible, ellos intentan no bajar el ritmo de sus entrenamientos para estar listos y dispuestos para el momento en que pueda “saltar la liebre”.

Una muestra de ello que en días recientes el diestro de a pie y a caballo retirado y ahora ganadero de reses bravas Enrique Fraga tuvo la atención de invitar a Mendoza y a Fonseca para llevar a cabo intensas labores de campo en su dehesa queretana.

Dichas tareas toreras campiranas consistieron en un tentadero de diecisiete machos y la prueba de tres vacas, todo del encaste español Parladé, y cuyos ejemplares han dado muestra de bravura y calidad en sus embestidas al acudir al picador a las colleras y a las telas de torear, según se comenta.

Además de Antonio y de Isaac, también estuvo presente como director de tienta el matador de toros Francisco Dóddoli, aparte de los novilleros sin picadores José Mari Mendoza y Luis Quintero.

Así pues, luego de tan gratificantes faenas camperas, el ganadero Enrique Fraga y su distinguida señora Claudia Florescano compartieron una exquisita comida para los caporales, toreros e invitados en donde la amena charla taurina no pudo faltar en medio de la belleza y la grandeza de la cabaña brava mexicana.

Con lo sucedido en la dehesa de don Enrique Fraga, en lo particular con el matador de toros Antonio Mendoza, es fácil pensar que el fino y valiente torero mexiqueño hecho torero en Michoacán, tiene toda la intención de retomar con nuevos bríos y mucho ánimo la carrera taurina que interrumpió por algún tiempo. Ojalá y sea para bien de él, de sus auténticos deseos por ser un espada importante y, sobre todo, para la Fiesta Brava.