Ya son ciento veinte días en que se cerraron las puertas de las plazas de toros en el mundo entero, como medida sanitaria por esta pandemia que nos paralizó. Los primeros días fueron de mucha incertidumbre para los toreros, que fieles a su vocación siguieron preparándose en sus hogares, unos más en la soledad del campo con acondicionamiento físico y toreo de salón.
Pasaron  los días que se convirtieron en meses, en la que la desesperación por sentir la embestida de un toro se volvió insoportable. Tal es el caso del novillero Arturo Gilio que con una afición que no le cabe en el cuerpo, empezó a ponerse en contacto con ganaderos para que, de una manera responsable y con todas las medidas sanitarias, lo pudieran invitar a tentar en sus fincas.
La respuesta  no se hizo esperar y como hay toros puestos en el campo que no se pudieron lidiar en las plazas este año, empezó a recibir invitaciones.
Muchos kilómetros tuvo que recorrer para continuar preparándose y estar a punto para cuando se vuelvan a abrir las plazas de toros. Ganaderías como La Punta, Pablo Moreno, La Concepcion, San Constantino, Arturo Gilio, La Concha. Le han abierto las puertas en donde ha tenido en varias ocasiones, la oportunidad de matar toros a puerta cerrada, unificando criterios en que Arturo Gilio es el torero que México espera.
Mientras tanto Gilio no pierde la oportunidad de poner a prueba sus facultades, valor y técnica. Estructurando faenas completas, llenas de entrega como si estuviera en una plaza de toros llena a reventar, que es así como las pondrá en todo el orbe taurino si sigue con esa vocación que se ha ganado el corazón de todos los públicos del mundo taurino.