CALVILLO, Aguascalientes. (Por Adiel Bolio, enviado) Domingo 11 de diciembre.- Ante menos de media entrada en el coso charro taurino «Mariano Ramos», en tarde de agradable clima, se dio la tradicional Corrida Guadalupana en el marco de la LXX edición de la Feria Nacional de la Guayaba y al cumplirse 10 años de ser la ciudad «Pueblo Mágico», resultando triunfador el diestro Antonio García “El Chihuahua” al cortar tres orejas y por ello al final salir en hombros. Su alternante, Manuel Gutiérrez fue aplaudido por su esfuerzo y el rejoneador Jorge Hernández Gárate se hizo aplaudir a pesar de las condiciones adversas del ruedo. 

ATENCIÓN GOBIERNO MUNICIPAL 

Precisamente, tocando el tema del ruedo del lienzo, un festejo taurino no se puede celebrar con la plancha que se utiliza en charrería, que es diametral y con un ancho de tres metros, en este caso de cemento, cubierta de chapopote quemado y arena encima. Ello provoca que los caballos se resbalen, como ya le ocurrió el pasado viernes 2 al rejoneador Emiliano Gamero sufriendo un percance y, ahora, el caballero en plaza Hernández Gárate no anduvo confiado por temor a resbalar y lesionarse él y sus cabalgaduras, además de que, igualmente, en esta ocasión el espada Antonio García “El Chihuahua” sufrió un resbalón en esa zona y que todo el encierro lidiado también resbaló hasta que el sexto astado se fracturara la pata trasera derecha. Habrá que poner más atención a ello, así como a la iluminación del ruedo que, aunque ha mejorado, sigue siendo insuficiente. 

VAMOS A LO SUCEDIDO 

Se lidiaron seis astados de Puerta Grande, siendo uno de ellos para rejones, bueno y, los demás de la lidia a pie, dieron un soso juego. El cuarto de la lidia a pie fue devuelto por haberse fracturado la pata trasera derecha y, el reserva, fue complicado. 

En el burel que abrió plaza, el rejoneador potosino Jorge Hernández Gárate colocó un fierro de castigo montando a «Tin Tán» y toreó con la banderola. Luego, encima de «Velázquez», templo a la grupa, de costado al hilo de las tablas y exponiendo para, después de dejar dos banderillas, hacer una pasada por dentro. Y, sobre «Rocha», puso otras dos al violín y dos cortas en un palmo de terreno. Falló al matar y escuchó palmas. 

A pie, el norteño Antonio García «El Chihuahua», a su primero, llamado «Adobao», lo saludó con una larga cambiada de rodillas en tablas y, de pie, lanceó bien a pies juntos, además de quitar vistosa y alegremente por navarras. Cubrió entre aplausos el segundo tercio. Con la muleta realizó una faena entusiasta y torera por ambos lados al deslucido y soso astado, sobresaliendo sus pasajes al natural. Ayudados por alto para cerrar y matar de atinada estocada y cortar dos apéndices. 

En su segundo, «Mi Panzón», «El Chihuahua» inició con una larga cambiada de hinojos en tablas y, de pie, lanceó a la verónica con calidad y clase. Al intentar un quite perdió el piso al resbalar en la zona ya señalada, quedando a merced del astado. Se repuso y acabó quitando vistosamente por zapopinas. En el segundo tercio se hizo ovacionar y, con la pañosa, ejecutó un trasteo voluntarioso por ambos lados al rajado ejemplar, destacando lo que hizo por el izquierdo gracias a que se la pasó persiguiendo a su antagonista y, a la vez, alargando el trasteo sin motivo. Otra serie de molinetes y más naturales, incluyendo adornos para concluir de certera estocada para recibir una oreja. 

A su primero, el acalitense Manuel Gutiérrez lo veroniqueó con clase. Su labor muleteril, a otro soso y débil ejemplar, fue a base de pundonor y ganas de agradar por el pitón derecho hasta en tres series de buen trazo. La faena fue más que nada por ese perfil, aunque por naturales lo intentó con esmero. Falló al matar y se le aplaudió el esfuerzo. 

Y el burel que cerraba el festejo, el más hecho del encierro, Manuel lo capoteó con voluntad, pero, en esa resbaladiza plancha que advertimos, el astado terminó por fracturarse la pata trasera derecha, siendo devuelto a los corrales. En su lugar salió otro de la misma dehesa titular y al que Manuel lo bregó con empeño. Su quehacer de muleta al complicado ejemplar fue más que dispuesto y torero en todo momento, destacando su labor por naturales. Falló al matar y fue aplaudido. Al final, Antonio García «El Chihuahua» fue paseado en hombros. 

FICHA 

LUGAR: Calvillo, Aguascalientes. 

EVENTO: Corrida Guadalupana de la LXX edición de la Feria Nacional de la Guayaba y por los 10 años como «Pueblo Mágico» de la ciudad. 

PLAZA: Coso charro taurino «Mariano Ramos». ENTRADA: Menos de media en tarde de agradable clima. 

GANADO: Se lidiaron seis astados de Puerta Grande, siendo uno de ellos para rejones, bueno y, los demás de la lidia a pie, dieron un soso juego. El cuarto de la lidia a pie fue devuelto por haberse fracturado la pata trasera derecha y, el reserva, fue complicado. 

CARTEL: El rejoneador Jorge Hernández Gárate: Palmas. A pie, Antonio García «El Chihuahua»: Dos orejas y una oreja, con salida en hombros. Manuel Gutiérrez: Palmas y palmas. 

INCIDENCIAS: Un festejo taurino no se puede celebrar con la plancha que se utiliza en charrería, que es diametral y con un ancho de tres metros, en este caso de cemento, cubierta de chapopote quemado y arena encima. Ello provoca que los caballos se resbalen, como ya le ocurrió el pasado viernes 2 al rejoneador Emiliano Gamero sufriendo un percance y, ahora, el caballero en plaza Hernández Gárate no anduvo confiado por temor a resbalar y lesionarse él y sus cabalgaduras, además de que, igualmente, en esta ocasión el espada Antonio García “El Chihuahua” sufrió un resbalón en esa zona y que todo el encierro lidiado también resbaló hasta que el sexto astado se fracturara la pata trasera derecha. Autoridades municipales, habrá que poner más atención a ello, así como a la iluminación del ruedo que, aunque ha mejorado, sigue siendo insuficiente. 

Foto Francisco Vargas