La administración en España del diestro mexicano André Lagravére “El Galo” informa que con el corte de una oreja a cada uno de los toros que le tocaron en suerte lidiar de la legendaria ganadería andaluza de Miura en el coso conquense de Valera de Abajo tras una firme y exitosa presentación como matador de toros en ruedos ibéricos. 

Sin duda, se apunta, tal gesta, además, resultó relevante para el joven diestro nacido hace 22 años en Mérida, Yucatán, pues dada su corta trayectoria y que, debido a la pandemia, llevaba 19 meses sin calzarse un terno de luces. 

En la salida en hombros lo acompañó la rejoneadora portuguesa Ana Rita, quien cortó igual número de apéndices tras una actuación indómita al ser la primera mujer (indicó su administración) que enfrenta astados de la afamada divisa a caballo, mientras que, a pie, el albaceteño Andrés Palacios se fue de vacío. 

El citado festejo taurino, que se dio en el marco de la fiesta anual de esta localidad española de la provincia de Cuenca, en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, quedó marcado por la entrega, solvencia y disposición a toda prueba que puso “El Galo” en el transcurso de toda la corrida. 

Con el tercero de la tarde, de embestida desigual, de salida le permitió a André el toreo asentado con el capote, pero conforme avanzó la lidia el miureño pegó arreones. Lagravére le plantó cara y eslabonó una faena en la que pisó terrenos comprometidos, se impuso con valentía y verdad para ligar tandas importantes por ambos pitones, destacando sus naturales. Tras una estocada en la que se lanzó sobre el morrillo cortó una oreja. 

Cuando enfrentó al sexto ya había caído la noche, sin embargo, llevó a cabo una gran faena en la que cubrió los tres tercios con emotividad para conectar de inmediato con los aficionados que llenaron la plaza. Lució con el capote y decidió colocar banderillas, entre las que destacó un par en todo lo alto, del que salió comprometido y debió lanzarse de cabeza al callejón, así como otro al violín. La labor de muleta la inició rodilla en tierra y ante su entrega el público le respondió con fuertes olés. Fue así como cuajó un contundente trasteo por el pitón derecho al que fue el mejor del toro. La faena fue más larga que la anterior, con expresión y sentimiento. Terminó al segundo viaje con la espada por lo que perdió uno de los dos apéndices que ya había conquistado a ley. Paseó la oreja y luego fue sacado en hombros. 

La rejoneadora Ana Rita mostró sus grandes cualidades en la monta y en la lidia. Su cuadra le respondió por lo que cuajó dos faenas buenas y rematadas en la que fue una actuación seria y enterada que le redituó un apéndice por ejemplar. 

En tanto, Andrés Palacios no aprovechó las virtudes del lote que le correspondió en suerte. 

Foto: Francisco Ramírez