El novillero Enrique de Ayala ha estado metido de lleno  en el campo bravo mexicano en las ganaderías de Claudio Huerta, Garambullo, San Maximiano y La Victoria donde tentó alrededor de 15 vacas y toreó seis toros a puerta cerrada.

Aunque estuvo meses atrás sin verle la cara al toro por la situación que estamos viviendo,  el novillero guanajuatense se le ha visto renovado y muy solvente en su tauromaquia, disfrutando de la calidad de estos ejemplares.

De esta manera,  el pasado 15 de agosto toreó un festival en el Cortijo Los Robles de Aguascalientes donde tuvo  una destacada actuación, al cortar las dos orejas a un novillo de San Isidro y luego fue invitado nuevamente el pasado 19 de septiembre, en el mismo cortijo donde refrendo su triunfo  al cortar otras dos orejas a un novillo de Rosas Viejas.

De Ayala está a la espera que la actividad taurina se normalice y no pierde las esperanzas de pronto enfundarse el traje de luces y hacer el paseíllo en una plaza de toros.