El último día de agosto corrió como la pólvora la noticia de que Julián Gil no era el padre de Matías, el hijo que tuvo este año con la actriz Marjorie de Sousa. Lo contaron los medios digitales, también la televisión, y el actor argentino –que actualmente está en Perú grabando una película– se preocupó, y se preocupó bastante. Él nunca había dicho nada semejante. Marjorie tampoco. De hecho, esa es quizá una de las pocas cosas sobre las que esta expareja malavenida aún está de acuerdo: Julián Gil es el padre del pequeño Matías Gregorio. Aún así, el rumor estaba en la calle (otra vez).

En dos horas el argentino escuchó “mil versiones”, dijo molesto en una entrevista en exclusiva con Univision Entretenimiento. Lo curioso de esta especulación es que ni siquiera se basaba en una noticia de ese día. Todo partía de una petición de prueba de ADN presentada por Julián en los juzgados para determinar que Matías es efectivamente su hijo y que ya anunció el 21 de agosto en una revista mexicana.

La confusión del jueves 31 de agosto tuvo que ver con el nombre de la demanda: nulidad de reconocimiento de paternidad. Esa terminología legal jugó una mala pasada a algunos medios y por extensión a Julián. Él ya sabía que eso podía pasar, y pasó, pero según sus palabras, “en la vida hay que ponerse los pantalones a veces”. Tanto escándalo se organizó, que decidió salir a dar la cara para poner las cosas en su sitio.

Julián Gil pide la nulidad de paternidad y esto es lo que significa

“Evidentemente la terminología jurídica sí se escucha un poco agresiva porque dice ‘nulidad de paternidad’, pero es la manera en que se debe hacer para pedir una prueba de paternidad”, comentó el actor. “Se está haciendo para confirmar que Matías es mi hijo”, añadió Julián, quien insistió en la importancia de disipar cualquier duda al respecto por el bien del futuro del niño.

“(Para) que cuando sea un adolescente esté seguro de que su papá hizo lo que tenía que hacer. Si esto se queda en el aire, imagina las dudas que se le puede quedar a cualquier ser humano, que en 2017 se puso en tela de juicio quién era su padre”, manifestó.

Eso porque de vez en cuando es tanta la necesidad de los medios por una declaración que el pequeño se lleva la peor parte.

Su petición de prueba de ADN se realizó luego de que lo hiciera Marjorie y de que esa fuera rechazada por cuestiones de procedimiento. Hasta entonces, Julián había sido reacio a dar el paso –a pesar de las especulaciones infundadas que una y otra vez señalaban a Gabriel Soto como presunto padre del niño–, principalmente porque tenía reparos al impacto público que tendría algo como una ‘nulidad de reconocimiento de paternidad’. Cualquiera podría entender que estaba rechazando al niño.

 Una vez que Marjorie puso encima de la mesa la cuestión de la paternidad (con el mismo objetivo: dejar claro que él era el padre), Julián se animó aunque fuera “duro” pasar por ese escrutinio público. “Obviamente se había hablado por el bombardeo mediático en las redes sociales creando duda de que Matías Gil es mi hijo. Se contempló pero nunca (hasta ahora) fue una cosa que estuviese al cien por ciento en nuestros planes”, declaró.

La demanda por paternidad transcurrirá en paralelo al juicio que ya está en marcha sobre la pensión alimenticia y los derechos de visitas del actor a su hijo. El próximo 7 de septiembre Julián estará de nuevo en la Ciudad de México para asistir a una nueva audiencia por ese caso que él confía que esté en “la recta final”, aunque no se aventura a poner una fecha de conclusión a todo el proceso.

Será el 8 de septiembre cuando el galán de las telenovelas vuelva a ver al pequeño Matías, tres meses después de su último encuentro en los juzgados. La cita será nuevamente en el edificio judicial mientras se determinan las condiciones que le permitirán a Julián estar tres veces al mes con su hijo en un lugar más familiar.