Se reporta el matador de toros de San Miguel de Allende, Guanajuato, Francisco Martínez, para hacer saber y así confirmar que ha tomado de verdad muy en serio estos difíciles tiempos de contingencia sanitaria y por ello es que se ha mantenido metido con evidente firmeza en el campo bravo para no perder ritmo en su toreo y afinarlo lo más que se pueda, además de su técnica y, así como seguir mejorando en todos los aspectos de su carrera como diestro de alternativa.

Una muestra de lo antes expuesto y así lo avala el propio espada sanmiguelense es que en esta semana que está por terminar se metió de nueva cuenta a la cabaña brava nacional, concretamente el reciente miércoles, a la ganadería queretana de Los Cues, a invitación de la familia Lebrija Garfias y en donde junto a sus compañeros los también matadores de toros, el potosino Fermín Rivera y el aquicalidense José María Pastor, así como el novillero queretano Juan Pedro Llaguno, llevaron a cabo el tentadero de 15 machos y siete becerras en una mañana fresca, típica del campo bravo.

Luego, al día siguiente, el jueves, el recio diestro guanajuatense acudió a la invitación que le hizo la ganadera Paulina Gordoa de Labastida, a la finca potosina de Espíritu Santo, donde logró tentar un par de becerras y a puerta cerrada lidió y estoqueó un novillo. En tales labores también participó el hijo de la ganadera, Pablo Labastida.

Así es como Francisco Martínez demuestra con hechos que no afloja el paso y está con la gran ilusión y la mira de poder llegar más que bien preparado a la próxima Temporada Grande de la Monumental Plaza México, donde como se sabe, su sueño es confirmar su alternativa y lograr un triunfo que lo coloque en el sitio que él mismo se ha propuesto desde que se hizo de la borla mayor.

 

DATO

Los pasados miércoles y jueves fueron los días en que estuvo Francisco Martínez más que concentrado en su preparación

 

Foto: Francisco Martínez entrenando en la dehesa de Espíritu Santo / Cortesía Martínez