Plaza México. Décima primera corrida de la Temporada Grande. Ante una entrada floja  se lidiaron toros de la legendaria ganadería de Piedras Negras, muy bien presentados, desiguales en juego, de los cuales fue indultado con protestas el sexto  de nombre  «Un Siglo y Medio»  por el tlaxcalteca Gerardo Rivera quien salió a hombros.

Al final  del paseíllo un grupo de aficionados  le entregó un reconocimiento  al ganadero Marco Antonio Gónzalez por los 150 años de la ganadería de Piedras Negras.

Gerardo Rivera en el último toro de la tarde con «Un Siglo y Medio», numero 23 con 511 kilos saludo capotero variado; invitó a banderillear a su paisano José Luis Angelino, quienes estuvieron lucidos. Faena de entrega por ambos pitones al mejor toro de la tarde, indiscutiblemente pero no para ser indultado, pues careció de los argumentos necesarios para ese merecimiento, sobre todo por el pitón izquierdo. El tlaxcaleca aprovechó las buenas embestidas por el pitón derechazo, en trazos  largos y con hondura, pero sin llegar a redondear. Una parte del público pidió el indulto y el juez lo concedió. Rivera dio vuelta al ruedo con el ganadero Marco Antonio Gónzalez entre división de opiniones.

En su primero con el toro con «Don Wiliulfo» lucido en verónicas  a pies juntos y luego en un quite ajustadas por chicuelinas. El toro fue castigado de más en varas; con la franela solo destacó una tanda de derechazos que le fueron coreados y luego el morito se quedó parado y tuvo que ser apuntillado en el ruedo.

Abrió plaza el tlaxcalteca José Luis Angelino con «Don José María» en donde lució en el saludo capotero y en quites que rivalizó con «El Chihuahua» y tres buenos pares que le fueron jaleados. El toro de Piedras Negras se empleó por el lado derecho y algunos naturales por el pitón contrario, sin romper. División de opiniones y palmas al toro en el arrastre.

Antonio García «El Chihuahua» quien venía de una campaña exitosa en cosos del interior del país, está tarde no fue la suya. Con el primero «Don Lubín» cumplió con el capote y estuvo espectacular con los palitroques, haciendo alarde de sus facultades frente la cara del toro, que el público ovacionó entre dianas. Inició su trasteo muleteril con doblones de castigo y luego la faena se vino a menos ante un toro exigente, que se ponía por delante. Mató al segundo viaje entre división de opiniones.

Con su segundo » Don Raúl» El Chihuahua nuevamente brilló en banderillas e instrumentó algunos muletazos sueltos, ante un astado que poco se prestó al lucimiento. Mal con la espada. Silencio tras aviso.

Foto: TauroPlaza México