Madrid, España. (Burladero. tv) Tras el subidón ayer con Miguel Ángel Perera y ‘Pijotero’ hoy era previsible que la tarde tornase gris, y así fue, hasta el cielo se nubló y levantó el molesto e incesante viento.

Tercer festejo de la feria de San Isidro que vino acompañado de los primeros homenajes, por la mañana al maestro Ángel Teruel con la colocación del ya típico azulejo como reconocimiento a los cincuenta años de alternativa del de Embajadores. Y por la tarde, como ya es tradición todos los 16 de mayo, minuto de silencio en la plaza en memoria de Joselito, El Gallo.

Tras el subidón ayer con Miguel Ángel Perera y «Pijotero» hoy era previsible que la tarde tornase gris, y así fue, hasta el cielo se nubló y levantó el molesto e incesante viento. La afición no acudió en masa a la llamada de una terna con menos tirón mediático, pese a la presencia de Juan Ortega, portador de aires renovados en el escalafón tras la estela de Emilio de Justo. Los toros de Valdefresno – Fraile Mazas tampoco pusieron de su parte, ni hubo presencia de la realeza ni gente guapa de esa que acaparan flashes en los días grandes. No tocaba. El lienzo de Goya de la víspera tornó en graffiti de la M30.

Así que hubo que rebuscar entre adjetivos como «áspero» o «duro»  para encontrar detalles: la suavidad con el capote de Juan Ortega y la torería que lleva dentro, la predisposición de David Galván y la espada de Joaquín Galdós. Tarde de esas que hacen crecer a los toreros y que solo aprecian los aficionados más entendidos.

¿El detallazo de hoy? El tercio de banderillas de Juan José Trujillo en el segundo toro. (Foto: Burladero)