El reconocido diestro mexiqueño radicado en Querétaro Ignacio Garibay ha visto cumplido uno de sus más grandes sueños, ese que algunos toreros tienen que es dedicarse a la crianza de reses bravas.

Al respecto, el mismo Garibay nos habla sobre esta nueva etapa en su vida profesional taurina, asegurando que esto de ser ganadero de bravo fue a través de la sociedad que estableció con César Méndez Larregui por medio de un pequeño porcentaje, por lo que las ganaderías en las que el ahora torero y criador de reses bravas invirtió son las de Santín y Celia Barbabosa, ubicadas en el municipio guanajuatense de Jerécuaro, cerca del estado de Querétaro.

En este proyecto combinará Ignacio la crianza de ganado de lidia con el de abasto. “La cabaña brava mexicana atraviesa, desde hace muchos años, por tiempos muy difíciles en los que ser ganadero de bravo se ha convertido en un lujo que muy pocos se pueden dar. Estamos intentando equilibrar los gastos de la ganadería brava con la crianza de ganado para abasto. Principalmente Angus. Por un lado lo hacemos como negocio y por el otro como una pasión”, confesó Garibay.

¿Qué fue lo que lo motivó?

Uno de los principales motivos que llevaron a Garibay, doctorado en Torrejón de Ardoz, España, el 3 de octubre de 1999, a poner su dinero en el campo bravo es que “lo que busco de la ganadería en lo personal es encontrar un espacio en el que encuentre la paz y el gusto que necesito para estar tranquilo y feliz”.

Además -añadió el torero de tez morena- “el campo complementa muy bien lo que es mi vida como torero. Es un lugar en el que puedo llegar a encerrarme para la preparación plena que necesitamos los toreros, sobre todo para esos compromisos en los que entramos en un estado de mucha tensión y necesitamos llegar con una concentración a tope”.

Sobre el futuro de la ganadería brava nacional, Garibay considera que “el futuro de la ganadería en México no lo sé, no lo sabemos. Existen ahora mismo muchos factores en contra de las ganaderías de toros bravos tanto económicos como sociales. Lo que tenemos claro son nuestras intenciones de seguir trabajando con mucho entusiasmo como torero y como ganadero para que el toreo mantenga la grandeza que tiene. Además, creo que es nuestra responsabilidad como protagonistas de la fiesta”.

La evolución del toro bravo

El ahora flamante criador de bravo considera que el toro ha evolucionado a la par de la Fiesta Brava. “El toreo ha evolucionado muchísimo. Y el toro es parte de esta evolución. Si vemos videos de antaño nos damos cuenta que las faenas eran diferentes. Las embestidas de los toros eran más desordenadas, no había ritmo y pocas veces salían toros con la clase que ahora encontramos mucho más a menudo. Creo que esa clase forzosamente va acompañada de bravura. Un toro debe ser muy bravo para aguantar una faena de 50 o 60 muletazos embistiendo, metiendo la cabeza abajo, queriendo alcanzar la muleta”, comentó Garibay.

De la misma manera, apuntó que “también es verdad que en la búsqueda de la clase se ha perdido la emoción que da el peligro de una embestida descompuesta pero se ha ganado mucho en expresión artística y el toro con fijeza nos está permitiendo a los toreros hacer cosas que hace tiempo no se podían ni imaginar”.

Eso da respeto

En cuanto al trapío, Ignacio señaló: “creo que cuando sale a la plaza un toro con cuatro años se nota y se nos seca la boca a toreros y aficionados. El toro es el que nos da respeto como toreros y reconocimiento a los ganaderos. Lo que no puede pasar es que el aficionado que está en el tendido se sienta capaz de bajarse al ruedo a pegarle dos muletazos a un toro, allí se pierde la admiración. Al que le gusta la Fiesta de los Toros va a ver a un hombre hacer algo que muy pocos son capaces. Y eso nos da el respeto”.

Finalmente, Ignacio Garibay nos hace saber de las características que buscará para sus toros: “Creo que no existe un toro para el torero y otro diferente para la afición. Lo que se busca es un toro completo que transmita emoción por su bravura, por sus ganas de alcanzar y de matar a su presa y, que también, tenga ese punto de fijeza para que el que se ponga delante pueda expresarse artísticamente. Ese toro es para todos”. ¡Enhorabuena y suerte matador ganadero!