ADIEL ARMANDO BOLIO 

Un día histórico para la tauromaquia y la charrería se vivió el pasado fin de semana en Guadalajara, Jalisco, ya que por primera vez se ha juntado un equipo de toreros para participar en un torneo de charros a nivel nacional, mostrando así otra de sus facetas y que forman parte de sus raíces y de su identidad mexicana, así nos lo informa el colega y amigo Emilio Méndez. 

En la historia siempre han existido toreros-charros, desde Ponciano Díaz y hasta Uriel Moreno “EL Zapata”, pasando por Juan Silveti, Manuel Capetillo, Jorge “Ranchero” Aguilar, Joselito Huerta, Mariano Ramos y Paco González, entre otros que realizaban diferentes suertes charras e incluso participaban en diferentes torneos, pero siempre siendo parte de algún equipo charro 

En esta ocasión por iniciativa del matador de toros tapatío Alfredo Ríos “El Conde”, quien desde su juventud también ha tenido la afición a la charrería, cumplió uno de sus sueños y objetivos, que era juntar un equipo de toreros para participar con toda la seriedad y como debe de ser a un buen nivel para poder participar en diferentes torneos y congresos charros con la finalidad de seguir defendiendo y difundiendo los valores de estas dos expresiones y estilos de vida a la mexicana, en donde la tauromaquia y la charrería se han unido este pasado domingo 4 de julio de 2021 en el lienzo charro “Ignacio Zermeño Padilla” de Guadalajara, donde se llevaron a cabo las eliminatorias del Congreso Nacional Charro a nivel aficionados. 

De esta manera, el equipo Toreros-Charros del Edén estuvo conformado por su capitán Omar Huerta (hijo del maestro Joselito Huerta y quien fuera novillero), Alfredo Ríos “El Conde”, Marcial Herce, Jerónimo y José Mauricio, además de Francisco Reveles y Brandon Roa, quienes sorprendieron, convencieron y emocionaron, demostrando que no solo saben torear sino también realizar las suertes charras a buen nivel. 

Inició Alfredo Ríos “El Conde” realizando una buena “cala” tras dirigir al caballo a galope desde el centro de ruedo y hasta el partidero donde una vez puesto en mano el caballo (totalmente quieto viendo al ruedo) regresaró al centro del ruedo a toda velocidad, rayando con las patas traseras, sin salirse del cuadro previamente marcado. Posteriormente, se trasladó al rectángulo anexo para hacer girar al caballo sobre su propio eje teniendo como un mínimo de seis vueltas o lados hacia la izquierda (o lado de montar) y otras seis vueltas hacia la derecha (o lado de la garrocha), después y en la misma forma lo hizo con los medios obteniendo buena puntuación. 

Omar Huerta destacó en los “piales”, suerte que se realiza en el partidero (o manga del lienzo), es decir que por la esquina superior izquierda del partidero sale una yegua a toda velocidad corre en paralelo a la pared con rumbo al ruedo, el competidor en suerte se coloca montado en su caballo de manera perpendicular a 4 metros de distancia o más (este espacio se cuenta de la pared a las manos del caballo) por donde pasará la yegua, lanzando su lazo con rumbo a las patas o cuartos traseros del animal y si logra lazar las patas chorrera (amarrara) su soga en la cabeza de la silla hasta detener por completo la carrera de la yegua. También destacó Huerta en las “manganas a pie”, lo que consiste en ejecutar el arte del floreo de reata, lazar las manos de la yegua corriendo alrededor del ruedo y culminar derribándola. Existe también la modalidad de derribar con el “tirón del horcado”, en la que el charro en esta ocasión Omar Huerta se agarró del cuello sosteniendo el tirón hasta derribar la yegua, en un momento emocionante levantando a los asistentes de sus asientos. 

Marcial Herce estuvo en plan grande, así como Jerónimo y “El Conde” en la suerte de “colas”, que consiste en seguir y derribar un novillo en un terreno máximo de 60 metros. Se realiza desde el fondo del partidero. El charro aguarda la salida del novillo para después emprender la carrera en paralelo, el charro se agacha, agarra la cola del toro y corriendo la mano sobre la cola hasta la mota, alza la pierna derecha y se balancea para enredarla en la espinilla bajando la mano hasta el tobillo, al mismo tiempo abre su caballo formando con el toro un ángulo de 45 grados aproximadamente y sacando fuerte al caballo da el jalón para derribar al animal, el novillo debe ser derribado en los 60 metros que tiene el partidero para que pueda acumular puntos para su equipo. 

Jerónimo destacó en la “jineteada de toro”, otro momento con emoción en esta suerte en la que el charro demuestra garra, valor y honor al “domar”, por nombrarle de alguna manera al animal. La suerte comienza con un toro encerrado en un cajón, donde se procede a pretalarlo con la ayuda de sus compañeros (cintillo sobre su lomo de donde se sostiene el charro) para que después el charro pueda quedarse en los lomos del animal y aguantar todos los reparos sin caer, lo cual hizo muy bien Jerónimo y Alfredo Ríos “El Conde”, en un arrebato, empezó a torear al toro con el sombrero charro, lo cual como se hacía hace muchos años, se volvió a vivir y a emocionar en un lienzo charro. 

También sobresalieron Marcial Herce, Omar Huerta y Francisco Reveles en “la terna”, una de las suertes muy campirana, demostrando el colmillo de los lazadores para manejo y control del novillo, ejecutada por 3 charros del equipo, los cuales tienen como máximo tres oportunidades para realizarla en un máximo de 6 minutos. El primer paso es que uno de los integrantes floreando su reata demostrando su dominio con la soga y después intentando lazar la cabeza del novillo, para después otro de sus compañeros intentar poner el pial. Una vez consumadas estas dos acciones chorrean a cabeza de silla ambos hasta derribar completamente al novillo, lo cual obtuvo con éxito el equipo de Toreros-Charros. 

Uno de los momentos más emocionantes de la jornada fue la suerte de la “jineteada de la yegua”, la cual ejecutó con conocimiento, control y arte el matador de toros José Mauricio. Esta suerte al igual que en la del toro, el jinete se queda en los lomos del animal y aguanta todos los reparos sin caer. Puede hacerlo de varias formas: a la greña (sujetándose únicamente de las crines del animal) o con un pretal, que fue el caso de José Mauricio, emocionando así al tendido en el que había mucha afición taurina que no se quiso perder este acontecimiento. 

Culminó la competencia con la suerte del “paso de la muerte” en la que Brandon Roa destacó al realizarla muy bien, la cual consiste en arrancar los suspiros del público y saltar de un caballo manso a una yegua bruta todo esto corriendo alrededor del ruedo. 

Una vez realizadas todas las suertes, el equipo de “Toreros-Charros” obtuvo la puntuación necesaria de 307 para quedar en el quinto puesto general, lo que le hace pasar a la final del Congreso Nacional de Charros Aficionados en Guadalajara en el mes de septiembre. 

Y como postre no podía faltar, también como se hacía antes, la lidia de un novillo en este caso de la ganadería de La Concepción, propiedad de don Octavio Casillas, en la que los Toreros-Charros emocionaron al tendido ahora con capote y muleta. 

Marcial Herce lució de capa, al igual que Jerónimo y José Mauricio, quienes hicieron un quite por chicuelinas al alimón y, después, “El Conde” puso banderillas con emoción para tomar después la muleta, brindar al respetable e iniciar la faena con muletazos en la que se escuchó el ¡olé! con fuerza. Tocó el turno de Omar Huerta, quien mostró que lo bien aprendido no se olvida, cuajando muletazos con sentimiento y disfrutando. José Mauricio mostró su jerarquía y su gran momento con elegancia y Jerónimo con ese toreo con sentimiento y muy a la mexicana emocionaron a los presentes. 

Así culminó este día histórico, el inicio o el resurgimiento de otra faceta, la cual hoy más que nunca nos hace falta, esa diversidad, pero también con autenticidad en la que los aficionados vean, disfruten y sientan otros matices y que lo toreros que de verdad se visten de charros lo sean como en este caso defendiendo las raíces mexicanas y realizando las suertes charras con pasión y arte. (ADARBO)

Foto: Emilio Méndez