BILBAO, España. Lunes 20 de agosto (Cultoro).- Llegó el turno de la juventud con la corrida triunfadora del pasado año. Torrestrella ponía el material para la oportunidad de Román, Gonzalo Caballero y Luis David.

En el primero, Román sacrificó la brillantez en favor de la imposición con la tela. Terriblemente asentado fue su quite por gaoneras. No fue fácil meterlo en la muleta, ni siquiera buscando la inercia de la distancia, porque se venía por dentro y sin clase en los primeros compases. Tanto se vino que en varias ocasiones tuvo que hurtar el cuerpo para que no se lo llevase puesto un pitón. Pero no mejoró a zurdas su condición el animal, porque protestó y sacó genio sin que el rubio torero rehuyese jamás el compromiso. Terminó el trasteo en una pelea callejera en la que le funcionó la cabeza a Román para que no le echase mano. Se tiró a matar con todo y quedó prendido en un pitón y pateado posteriormente, antes de escuchar una ovación.

También el segundo de la tarde sacó la correa pronto en el capote de Gonzalo Caballero, que tuvo que conformarse con bregar hasta que llegó la faena de muleta. Y también después, porque se vino descompuesto en la distancia, acusó y exageró los toques y se comportó con una movilidad tan pegajosa que resultó defensiva y molesta. Anduvo por la cara Gonzalo y lo bregó como pudo antes de lograr la estocada al segundo intento. Silencio.

Distinto fue el comportamiento del tercero, un toro serio pero bien hecho, que tuvo humillación y entrega en las telas de Luis David. Brilló a la verónica el mexicano, quien saludó a su oponente con mucho descaro. Tanto como el que utilizó para soplarle un quite por zapopinas. Se le notó la continuidad en los festejos, que tuvo frescura y mucho empaque para ligar las tandas con la diestra, por donde se redondeaba mucho el de Torrestrella. Menos lo hacía al natural, pero no fue menor su compromiso. Hasta un susto se llevó con las joselillinas, pero el tremendo puñetazo que soltó para matar le facilitó la concesión de la oreja.

El cuarto se arrancó al caballo con alegría a las telas de Román, pero le costó mucho arrancarse en la muleta. Casi de uno en uno los muletazos, que demandaron una entrega mayor en un animal que tuvo poca. Y más cuando se empeñó en obligar al animal en un trasteo de mucha entrega. A partir de ahí, cercanías y valor del valenciano. Volvió a tirarse a matar y consiguió una estocada trasera antes de pasaportar al animal tras un aviso.

El quinto humilló poco en el saludo inconcluso de Gonzalo Caballero. En la muleta pasó el de Torrestrella sin entrega, sin calidad, sin humillación, sin transmisión para el tendido, pero repitiendo mucho para que ligase Gonzalo las series con la liviandad de la cara a su aire. Por eso muleteó a media altura Gonzalo. Complicado se puso al entrar a matar, sonó un aviso y todo concluyó en silencio.

Al sexto también le echó el paso adelante con el capote Luis David, quien mantuvo el nivel de entrega para redondear la tarde. Nuevamente apostó por la quietud y supo ligar las series con la mano diestra a un animal que iba acortando los viajes hasta quedarse debajo después de la cuarta arrancada. Y fue a menos, haciendo costosos los esfuerzos del mexicano por profundizar. Terminó con manoletinas para no guardarse nada y saludar una ovación tras la estocada.

FICHA TÉCNICA

LUGAR: Bilbao (Vizcaya), España.

EVENTO: Tercera de las Corridas Generales.

COSO: Monumental Vista Alegre. Entrada: Menos de media.

TOROS: De Torrestrella, serios y bien presentados. Saludó el mayoral al finalizar el festejo.

CARTEL: Román: Ovación y ovación tras un aviso. Gonzalo Caballero: Silencio y silencio tras un aviso. El mexicano Luis David Adame: Una oreja y ovación.

Pie. Luis David Adame luce orgulloso la valiosa oreja que cortó en el coso bilbaíno. (Foto: Emilio Méndez)