Un día como ayer 4 de junio, pero de hace 87 años, en el coso de Madrid, alternando con los famosos espadas, el vizcaíno Diego Mazquiarán “Fortuna” y el madrileño Luis Fuentes Bejarano, el no menos célebre diestro mexicano Fermín Espinosa “Armillita Chico”, según reza la historia, realizó una o si no es que la mejor faena que haya hecho en su trayectoria taurina.

Ese trasteo que a través de los años y generaciones ha trascendido, fue el 5 de junio de 1932 al toro llamado “Centello” de la dehesa de Aleas, divisa que fundó don Manuel Aleas en 1783 y que en Madrid se presentó en 1788 para adquirir así su antigüedad.

De esa memorable faena se dice que el maestro de Saltillo la ejecutó por naturales y a pesar de haber pinchado hasta en siete ocasiones, el público lo aclamó tanto que le fue concedida una oreja de gran importancia.

Vaya entonces este cariñoso y respetuoso recuerdo a tan relevante suceso en la historia del toreo mundial y del que fue protagonista un torero mexicano, el más grande