Sin hacer mucho ruido, simplemente con el propósito de incrementar su alistamiento y así estar listo para los compromisos que se le puedan presentar en esta que debe ser ya la parte postrera de su trayectoria taurina, pues si desea andar en esta profesión con verdad ya tiene que pensar en su alternativa, siempre y cuando lo haga, reiteramos, con ganas de sobresalir, no para tomar la borla mayor y guardarla en un cajón.

Nos referimos al más que rescatable novillero aquicalidense  Manuel Gutiérrez, quien atesora enormes cualidades para caminar con paso firme como un torero relevante, sin embargo todo está en él mismo para que se decida realmente a serlo.

Hablando de esa preparación, el mismo Manuel nos hizo saber que en recientes días tuvo la oportunidad de estar en el rancho San José de Chinampas, donde se ubica la dehesa de Claudio Huerta, en el municipio jalisciense de Ojuelos, donde lidió y estoqueó a puerta cerrada dos astados, uno de la propia ganadería sede y, otro, de la de su vecina, propiedad de Gustavo Granados.

Se dice que los dos bureles, uno cárdeno oscuro y otro castaño, fueron importantes en su comportamiento y sirvieron de mucho para el alistamiento del inquieto Manuel Gutiérrez pues se dio gusto toreando y afinó detalles.