Por Everardo González

San Luis Potosí, S. L. P. Noche de claro oscuros en la Monumental Plaza de Toros ‘El Paseo’ de San Luis Potosí; pasaron más de 15 años (El último fue José Briones) para que se diera una alternativa a un torero potosino. Lo malo que los tendidos de la Monumental se convirtieron en tribunas de fútbol, pues gente se lio a golpes, ello causado por la incompetencia de un juez de plaza llamado Enrique Esquivel… Ojo esto es únicamente responsabilidad del alcalde Enrique Galindo a quien le ha valido la más bella de todas las fiestas, o en su defecto se ha dejado contaminar por alguien a quien le gusta figurar en todos lados.

En lo que corresponde a lo estrictamente taurino, se lidió una encierro de Espíritu Santo, pobre de presencia y variado juego. Noche en la que José Mauricio y José Sainz cortaron sendas orejas.

José Sainz tomó la alternativa con un astado que lo revolcó, la afición estuvo con él y a pesar su inexperiencia lo arropó y lo sacó al tercio.

Con el que cerró plaza, un toro de Marco Garfias, el mejor de la corrida intentó hacer faena, fue desarmado en múltiples ocasiones por lo que la faena careció de ritmo mató de estocada delantera y como el toro cayó pronto el inepto juez de plaza le dio la oreja.

Jerónimo que se despidió de la afición potosina apechugó con lo peor del lote de lo impresentable de Espíritu Santo dio una vuelta al ruedo en el cuarto con el que se despidió de la afición potosina.

José Mauricio se alzó como el triunfador al cortar una oreja con el tercero de la noche y después con el quinto bis que salió enseguida la pachanga que armó el señor juez de plaza, con el burrociego.

Con el sobrero realizó una gran faena pero falló con el acero, al final solo dio la vuelta al ruedo.

LO LAMENTABLE

Un lamentable espectáculo es el que se vivió en la primer corrida de feria en la  antes Monumental Plaza de Toros El Paseo-Fermín Rivera, ante un incompetente juez de plaza que permitió que en el quinto de la noche el festejo se convirtiera en una pachanga de pueblo.

Luego de que saliera un toro burrociego que después de picado tuvo que ser devuelto a los corrales, la gente que se encontraba en callejón subió a liarse a golpes con el público convirtiendo la ex monumental plaza de toros en una cantina de barrio.

Un espectáculo triste y lamentable para una plaza que quiere ser de primera, que cuente con un juez de plaza inepto que no sabe como imponer orden dentro de la plaza.

Incidencias: José Sainz tomó la alternativa con el toro «Al Alba» , número 248

Foto: Martín Báez