Zacatecas, Zac. (Natalia Pescador/NTR) Este jueves, a la edad de 85 años de edad, falleció uno de los personajes más importantes de la fiesta brava en Zacatecas, Don José Antonio Enríquez Barraza, quien a lo largo de su vida destacó como torero, empresario, llevando en la piel hasta el último de sus días el profundo amor por la tauromaquia. Con 10 años de edad comenzó a fincar sus sueños de convertirse en torero en aquélla plaza de toros San Pedro, siendo su primer maestro Jesús Saldaña “El Silao”.

Abandonó el seno familiar para buscar suerte en la capital mexicana donde compartía las jornadas de toreo de salón y entrenamiento físico con toreros de la talla de Luis Castro “El Soldado”, y Luis Procuna. El 4 de octubre de 1955 debutó en El Toreo de Cuatro Caminos en una novillada de concurso, y de ahí, gracias a su tenacidad y valor mostrados sumó nueve festejos más.

El 13 de junio de 1956, se presentó en la Plaza México, alternando con Heriberto Quintero, y Antonio Alfaro, lidiando novillos de Cerralvo, cortando en aquélla tarde una valiosa oreja. En el Coso de Insurgentes logró torear

un total de trece novilladas. Su carrera novilleril estuvo marcada por triunfos y éxitos relevantes, que le permitieron alcanzar una solidez en el medio taurino, dando paso a otra faceta, la de empresario, sin olvidar su paso formativo de toreros como Fabián Ruiz, Jorge Carmona, Marco Antonio Aguirre, entre otros.

Como empresario destacó en el primer Serial Taurino que se dio en la Monumental Zacatecas en el año de su inauguración, 1976, además, instituyó el trofeo taurino más importante que hasta ahora sigue disputándose, el Escapulario de Plata de la Virgen del Patrocinio. Don José Antonio también hizo de la pluma su pasión y durante muchos años escribió de la fiesta brava, siendo corresponsal del importante diario de circulación nacional Esto.

También quedarán en la memoria bibliográfica los libros escritos como “Y murieron conmigo”, así como “La historia de una plaza”. Desde este espacio, el equipo de NTR Toros se une a la pena que embarga a las familias Enríquez Barraza y Enríquez Espinosa, ante la pérdida de un hombre, padre, y taurino ejemplar. Descanse en Paz.

Su cuerpo está siendo velado en una capilla de la Sixtina, este viernes a las 11 de la mñana se llevará a cabo la santa misa y enseguida el sepelio en el panteón de La Purísima.