La tarde del pasado viernes 7 de julio, falleció a los 55 años de edad, en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, el forcado en retiro hermano, apoderado y empresario Bruno Vogt Iturbe, tras diversos padecimientos que deterioraron su salud en los últimos meses.

Bruno perteneció a los forcados mexicanos, cuando fue invitado en la década de los ochenta a formar parte del grupo.

Decidió retirarse en la tradicional corrida de rejones de San Luis Potosí, resultando con una lesión al ir como primer ayuda, la fractura del codo derecho, en agosto de 1991.

Fue un hombre apasionado de la Fiesta, del caballo, así como ocurrente y dicharachero. Conoció a mucha gente del ambiente, siendo amigo de muchos de ellos, lo que hizo que incursionara en otros rubros, tales como empresario taurino, en sociedad, como una corrida de aniversario de los forcados mexicanos, en el Rancho del Charro de Constituyentes, de Ciudad de México, en la década de los noventa; posteriormente, en otro aniversario, del mismo grupo, en Tenango del Valle, Estado de México, y finalmente, el festival del décimo aniversario del grupo de forcados amadores de Hidalgo, en la monumental Vicente Segura, de Pachuca.

Como apoderado, llevó los destinos de los rejoneadores Antonio Ortega, del hidalguense Julián Viveros y de la yucateca Maricela Helguera.

Llegó a radicar a Pachuca, aproximadamente hace 16 años, por la inquietud de un grupo de muchachos, fue partícipe de uno de los fundadores de los amadores de Hidalgo, al que perteneció su hijo, del mismo nombre, y a quienes apoyó incondicionalmente y con mucho corazón.

Cuando se formó el grupo de forcados femenil de Hidalgo, hizo las veces de representante, ya que, por las condiciones difíciles del ambiente taurino, su cabo, Dafne Romero, le pidió su ayuda, y, quién lo diría, fue con Bruno que hicieron historia, al pisar el ruedo de la Plaza México, en un festival de escuelas taurinas, en marzo de 2014.

Su hijo falleció hace dos años, lo que disminuyó el ánimo de Bruno, arrastrando desde hace ocho años, una tromboembolia pulmonar; ahora, que presentó diferentes complicaciones en distintos órganos, de algunos meses a la fecha, ya no pudo remontar su salud y culminó en un colapso general que derivó en su lamentable muerte.

Le sobrevive su hija, Mónica Vogt Suárez, y su nieto.

Sus restos fueron velados el sábado pasado en la funeraria Arriaga, de la capital hidalguense, y sepultado en el cementerio municipal, luego de que será objeto de un homenaje en la plaza Vicente Segura.

Descanse en paz, tan querido hermano del grupo, y de muchos.