Hicimos contacto en España, vía telefónica, con el destacado novillero aguascalentense Miguel Aguilar, quien se encuentra por aquellas latitudes desde el jueves 5 de marzo pasado, precisamente después de haber actuado en el coso “San Marcos” el domingo 1 en la segunda función del serial, es decir, 15 días antes de que se suspendiera la temporada por el peligroso brote del Covid-19 a nivel mundial.

Por lo tanto, lo de la complicada pandemia agarró a Miguel ya estando en suelo ibérico, pero es él mismo quien nos cuenta cómo es que le ha ido en esta época y la manera en que la ha ido salvando, teniendo como “cuartel general” el Centro Internacional de Tauromaquia y Alto Rendimiento (CITAR), concretamente en la finca de Cantinuevo, localizada en Fuentelencina, provincia de Guadalajara, donde se ubica la ganadería del mismo nombre, Cantinuevo, casa de la divisa en encarnada y blanca, y de encaste Domecq.

“Llegué a España una semana antes de que se declarara la pandemia y tras haber actuado en mi tierra a principios de marzo, es decir, que llegué a suelo español el viernes 6 de tal mes”, dijo de entrada Aguilar.

Sin embargo, todo lo que eran planes estupendos para la consecución de la carrera de este estupendo novillero de Aguascalientes se vinieron abajo pues al arribar a España y que se desatara lo del coronavirus, lo primero que perdió Miguel fue la novillada que ya tenía hecha para abril en el coso francés de Garlín.

¿Cómo entonces es que ha sido tui estancia en la finca de Cantinuevo?

“Pues además de esperar a ver qué sucede, no queda más que entrenar como si nada pasara, es decir, tal y como lo he hecho desde un principio, yo estoy listo para torear mañana si fuera el caso. Sin embargo, si pega que los proyectos que había se hayan venido para abajo. Ojalá y en septiembre y octubre se pueda hacer algo ahora que ya se está reanudando la actividad taurina en el país, pues dependiendo de lo que suceda mi intención es quedarme acá hasta octubre, pero, repito, hay que esperar”.

Dentro de esta preparación que estás llevando a cabo ¿en qué ganaderías has logrado alistarse?

“La verdad es que ha habido mucha actividad en el campo y gracias a ello es que he tentado en ganaderías como las de Adelaida Rodríguez, Zalduendo, Espioja, Aguadulce, Guerrero y Carpintero, Eugenio Frías y, por supuesto, en la de Cantinuevo, donde entreno a diario al lado de mis paisanos, los también aquicalidenses Emiliano Robledo y Emilio Ricaud, además del jalisciense Rubén Núñez”.

¿Has tenido la oportunidad de lidiar toros a puerta cerrada?

“Sí, he toreado tres en la dehesa extremeña de Zalduendo y otros tres novillos en la salmantina de Espioja”.

Tal y como lo indica Miguel Aguilar, su entrenamiento es fuerte, como siempre, a pesar de la larguísima cuarentena, misma que le ha servido el novillero para poner a prueba su afición y vocación torera: “Este espacio me ha servido para ordenar mis ideas, mentalizarme y asegurarme de qué es lo que quiero, pues estoy cierto de que con ello afianzaré mi personalidad y la forma en que me gusta hacer el toreo. Sin embargo, ahora que ha bajado sensiblemente la actividad uno se ve obligado a hacer estos autoanálisis que, sin duda, me vienen bien, además de que ahora mismo entrenar es duro por el calor que hace pues a diario llegamos a temperaturas de entre 36 y 38 grados centígrados, de ahí que el entrenamiento sea entrada la tarde pues el sol se mete alrededor de las 10 de la noche”, comenta Miguel.

Finalmente, Aguilar afirma que “no hay que bajar la guardia y sé que tengo que alistarme como si fuera a torear el domingo”. ¡Suerte matador!

DATO

En las dehesas de Adelaida Rodríguez, Zalduendo, Espioja, Aguadulce, Guerrero y Carpintero, Eugenio Frías y Cantinuevo se ha preparado Aguilar