Después de un retiro de alrededor de dos años, el torero nacido en Bunyola, en las islas Baleares Antonio Ferrera regresó a los ruedos con una manera distinta de interpretar el toreo, sustentada en la
inspiración y en los arabescos en su tauromaquia a la que antes era caracterizada por la velocidad en la interpretación que le valió el mote de Antonio Ferrari.
Está transformado Antonio en un pozo de imaginación, el 9 de diciembre de 2018 y después de 16 años regresó a La México dando cátedra de inspiración ante las nobles embestidas de Abuelo, un toro
muy noble de la ganadería de Santa Bárbara, propiedad de Javier Borrego conocido por los taurinos como Chiruzo.

La fecha es muy representativa en la historia del toreo, pues ese día pero en 1946, se presentó en ruedos mexicanos, Manuel Rodríguez Manolete en la fecha de confirmación mexicana de alternativa, llevando como padrino a Silverio Pérez y de testigo a Eduardo Solórzano con toros de Torrecilla; a partir de esa actuación hasta diecisiete, se le contaron al cordobés entre La México y El Toreo, convirtiéndose en ídolo indiscutible de los aficionados mexicanos.
La corrida se celebró en El Toreo de la Condesa, hoy en día El Palacio de Hierro Durango y el lleno fue impresionante, la fecha la tengo grabada en la memoria pues el mismo día, pero en 1921 nació mi
padre José Luis Carazo Arenero por aquellos años novillero y quién como muchos, para lograr una localidad formaron fila, dos días consecutivos.
Mi abuelita Josefina vio llegar todo cansado a su hijo el 9 de diciembre de 1946 hacia el mediodía y lo dejo dormir, hasta que de pronto se despertó Arenero (alrededor de las tres de la tarde) para llegar apenas a ser testigo de un día imborrable del toreo mundial, pues tanto el cordobés como el de Texcoco recibieron de sendos bureles la oreja y el rabo, máximos trofeos de aquella época.
Tanto importaba el toreo que a Silverio le marcó por la mañana, el presidente de México Manuel Ávila Camacho, para decirle que no se le olvidará que tenía en sus manos la responsabilidad de
confrontarse en nombre de México en la presentación del inmortal Monstruo de Córdoba y sobradamente le cumplió Compadre como ya lo señale anteriormente y comprenderán que la anécdota era infaltable en el cumpleaños de mi padre y hoy a su memoria la recuerdo.
Y por ello la faena de Ferrera principalmente por naturales con la mano derecha y con la izquierda, además de unos lances con el capote rematados con medias verónicas de sello propio y un quite por
Chicuelinas, han dejado el ruedo de La México impregnado de su inspiración, la cual brotó en sus dos turnos pero en dónde se desbordó, fue con Abuelo dónde obtuvo con dos trofeos, el pasaporte de la Puerta Grande y con su quehacer le dio un nuevo motivo para recordar en el toreo de la capital, al 9 de diciembre.
Recordé también que en 1991, la ganadería de Chiruzo compró vacas y sementales de Don Javier Garfias y en aquel año su hijo del mismo nombre y ahora un hombre, le compró a Don Javier una vaca
en 80 pesos que era la cantidad que de domingo traía en su bolsillo en un niño que tenía la ilusión de ser propietario de una becerra, al que complació el recordado ganadero potosino.
El domingo con su papá acompañó en la vuelta al ruedo al torero mallorquín considerado de Extremadura como le sucede a Jerónimo (que tuvo discreta actuación ante un toro de Lebrija y uno
de Santa Bárbara) que es nacido en la capital del País, pero se le considera poblano.
En su primero por lo defectuoso de la colocación del estoque Ferrera recibió por su faena el reconocimiento popular de una vuelta al ruedo.
Juan Pablo Sánchez, con su primero lució el temple que le caracteriza pero en la suerte suprema no remató sus muy buenos muletazos y el público al final lo acompaño en silencio, en su camino
de regreso al burladero de matadores.
Una tarde entonces de inspiración, de recuerdos de muchos años, que nos enfilan al 12 de diciembre de 2018 y luego al 16 de diciembre, fecha en la que el torero jerezano, un torero que después de esa fecha
será legendario Juan José Padilla quién dejará una profesión en activo a la que honró como muy pocos lo han hecho en sus varios siglos de historia. Buena semana entonces nos espera a los taurófilos.