El matador de toros moreliano y flamante médico veterinario zootecnista en funciones Omar Villaseñor se comunicó con nosotros para externarnos su gusto y placer por estar en pleno alistamiento de cara a su próxima reaparición en los ruedos de manera profesional. 

La verdad es que anda muy bien este espigado diestro a quien no le ha afectado el parón por la terrible pandemia pues después de haberlo visto más que bien a finales de 2020 en el coso Monumental “La Luz” de León, Guanajuato, dentro del certamen “México Busca un Torero”, con ganado de San Mateo, nos dimos cuenta de que todo lo aprendió al lado del añorado maestro don Juan Silveti Reinoso lo tiene más que presente. 

Luego de ello, se ha venido poniendo a tono en el campo bravo, sobre todo en el tentadero de la emblemática ganadería de San Mateo y, ahora, el reciente domingo 21 de este mes, tomó parte en un festival taurino privado en el coso Monumental de Morelia, Michoacán, donde logró alzarse con el triunfo al cortarle una oreja al toro llamado “Santanero”, con 540 kilos, igualmente de la divisa sanmateína y, tras una brillante lidia, según nos cuenta el propio espada. 

Como se sabe, Omar Villaseñor tomó la alternativa el 2 de noviembre de 2004 en el citado coso Monumental de Morelia, llevando como padrino a Jorge Gutiérrez, estando también en el cartel el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, con el toro “Talismán” de Luis Felipe Ordaz y la confirmó en la Monumental Plaza México el 26 de noviembre de 2006, siendo apadrinado por el andaluz José Antonio “Morante de la Puebla” y atestiguado por el alicantino José María “Manzanares” y José Mauricio, con el toro “Tlatoan” de Javier Garfias. 

Ahora, ya convertido en todo un médico veterinario zootecnista que ejerce desde que se recibió el 3 de diciembre de 2008 en el aula de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a sus casi 38 años de edad, se dice estar en plenitud de facultades para volver a vestirse de luces. ¡Enhorabuena y suerte matador! 

Foto: Óscar Tapia Campos