Días antes se había descompuesto el clima pero hoy se abrió el cielo, para ver un sol radiante, ambientazo en los tendidos y ante este cartel; la ALBERTO BALDERAS, de Autlán, se llenó totalmente.

Antes del despeje de cuadrillas el ruedo se vio adornado con bellas mujeres vestidas de  Manolas, que pasearon en diligencias tiradas por caballos.

Segunda corrida de Carnaval para ver lidiar una preciosa y muy bien presentada corrida de LOS ENCINOS de Eduardo Martínez Urquidi. Y vino a demostrar que es una gran Ganadería. Toros con clase, bien definidos, serios y con buen fondo.

Sobresalió Cirileño, No. 21, lidiado en segundo lugar, de una clase y temple excepcional, con lo que se ganó el arrastre lento.

DIEGO SILVETI ha mantenido esta tarde la senda triunfal, hoy a base de estar muy en torero.

A su primero le hizo una faena por ambas manos, que malogró con la espada, siendo silenciado.

En su segundo vino lo mejor, con un toro que tenía su distancia, le costaba venir en el primer cite, pero una vez enganchado, Diego no lo soltó, dejándole la muleta en la cara, haciendo que el toro repitiera.

Le pegó muletazos de mucha lentitud, rematados con pases de pecho. Sobresaliendo las tandas con la mano diestra.

Terminó con  manoletinas y le metió una estocada completa, un poco desprendida, para cortarle una oreja.

SERGIO FLORES tampoco se quiere bajar del caballo del triunfo. Nuevamente ha dado una actuación de torero de gusto y de temple. La espada le quitó un triunfo grande.

Su primero fue un toro de mucho temple y clase, y él estuvo a la altura haciéndole una faena desde el capote, con chicuelinas ligadas con tafalleras, y con la muleta le cuajó un faenón. Lo entendió, le dio sus tiempos y le pegó muletazos con la mano muy baja. Un pinchazo le privó de las dos orejas, solamente, cortándole una; que paseó en una vuelta al ruedo triunfal.

En su segundo, también volvió a conseguir momentos muy buenos, pero también falló a espadas, perdiendo trofeos; Ovación.

ANDRÉS ROCA REY no se ha dejado nada adentro, esta tarde.

Cuajó dos faenas muy importantes a dos enemigos que no fueron fáciles de entender y de torear. Su técnica, sentido del toreo, y su afán de figura, le hicieron verse en torero muy importante.

A su primero le cortó la oreja, por una faena llena de temple y mando. Y a su segundo, le hizo una faena de menos a más, a un toro que tuvo clase y dimensión en la embestida. La estocada, desafortunadamente cayó trasera y desprendía, el toro tardó en doblar, y lo tuvo que descabellar, dejando ir la puerta grande.

Hubo petición, que no fue concedida.

Ha sido ésta una gran tarde de toros.