Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. Hay un detalle que desde hace varios años me viene “taladrando” la cabeza y es hasta ahora que me provoca hacer el comentario pues resulta verdaderamente preocupante que a nadie le interesa tener la curiosidad por enderezar este renglón que con el tiempo se ha venido torciendo más, me refiero a la forma en que muchas empresas hacen al vapor los carteles, es decir, al orden en que se mandan imprimir los nombres de los toreros en tales ilustraciones, sin importar cuáles son las antigüedades de los alternantes.

Para ello tenemos que recordar que el origen del cartel taurino data, según se tiene noticia al respecto, de los días 19 y 30 de septiembre de 1737 en Madrid, concretamente en la plaza de Soto de Luzón. En consecuencia, este 2017 se estarán cumpliendo 280 años del surgimiento de este medio de comunicación de la Fiesta de los Toros.

Conforme ha ido avanzando y evolucionando el espectáculo taurino, el cartel se fue perfeccionando hasta que en el mismo se colocaban, por orden de antigüedad, en el caso de las novilladas y, por fecha de alternativa, en el de las corridas de toros. Sólo en los festivales estaría permitida la alteración en la forma en que actuarían los toreros.

Sin embargo, en la actualidad muchas de las empresas, a la hora de mandar imprimir la publicidad de sus carteles, toman los nombres de los toreros, novilleros y matadores, y los colocan sin ningún orden, lo cual en lo personal me parece anti didáctico para el aficionado y lo que también lleva como consecuencia que los jueces de plaza, ejemplo que he visto en un número importante de plazas de toros en el país, no tengan la más mínima idea de la antigüedad de los espadas encartelados y que, inclusive, anden preguntado a los representantes de los toreros, a la hora del sorteo, quién va por delante. Eso no puede, ni debe ser, no es ético.

Y es que es tan sencillo meterse a los libros o al espacio cibernético, o bien preguntarle a los apoderados o a los mismos toreros en un momento oportuno, antes de imprimir los carteles, sobre sus respectivos orígenes taurinos para que al final de cuentas no haya ni surjan esas dudas o ese poco interés por hacer las, eso sí, bellas ilustraciones taurinas como corresponde a su categoría.

En el caso de los becerristas se pueden sortear los lugares o bien tomar la fecha de su primera becerrada; en el de los novilleros sin caballos su primera actuación como tales y en el de los novilleros formales su debut con picadores, tomando igualmente en cuenta para ello las presentaciones en cosos que dan antigüedad como la Monumental Plaza México y el coso Monumental de Las Ventas de Madrid. En tanto, en el caso de las corridas de toros, el orden de aparición y colocación en el cartel debe ser por la fecha de su respectiva alternativa. ¿Es entonces tan difícil ejecutar esta tarea? Que al final de cuentas forma parte de la cultura taurina.

Así que la Fiesta Brava señores es de grandeza, de jerarquía, de tradición, de orgullo y de antigüedades en el orden estricto de aparición en los ruedos. Por ello, a quienes se encargan de realizar y mandar imprimir los carteles de las novilladas y corridas de toros les recordamos que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.