Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. Terminada la tradicional Feria de Nuestra Señora de la Asunción en la pintoresca ciudad de Teziutlán, en el estado de Puebla, por lo que vi en ella, no necesariamente lo que ocurría en el ruedo, me hizo recordar y recapacitar sobre lo que ya había detectado en otras plazas como las de Aguascalientes, algunas de los Altos de Jalisco, en la de León, Guanajuato y hasta en la propia Monumental Plaza México, y la verdad es que hay una actividad totalmente fuera de control y que, supuestamente, va en contra de los matadores y subalternos, me refiero a la cada vez más frecuente trasmisión en vivo de los festejos taurinos, ya sea por algún portal de la internet o por las redes sociales y hasta de manera particular se hace por medio de los aparatos de telefonía celular.

Ello nos hace recordar cómo, sobre todo los picadores y banderilleros, “peleaban” los derechos de trasmisión por televisión y que en muchas ocasiones por no llegarse a un acuerdo se detenían esas trasmisiones o en su defecto si se hacían sin ninguna autorización entonces se vetaba a la plaza de toros correspondiente.

Sin embargo, en la actualidad eso ya no sucede ya que lo que está pasando no se puede controlar pues si un festejo taurino no se puede apreciar por la televisión, sí se puede hacer a través de una terminal de computadora, ya sea por una dirección de la internet, por el famoso Facebook, por un blog o bien por un aparato celular, de los que abundan en una plaza de toros y hasta en el callejón de la misma.

Que tan lejos o que tan cerca están esos tiempos, me refiero a las décadas de los años 60 y 70, en que los matadores de toros, encabezados sobre todo por Manolo Martínez, la figura mandona en ese tiempo, además de algunas empresas, eran muy celosos de los derechos de trasmisión por televisión y de plano llegaron a sacar las cámaras de las plazas de toros.

Aun así, tiempo después se conciliaron intereses y todo se arregló en beneficio de la Fiesta de los Toros pero los que seguían pugnando por esos derechos de trasmisión fueron los subalternos cuando había que entenderse que así se obstaculizaría la promoción y difusión de este espectáculo.

Lo cierto es que los tiempos han cambiado, la vida misma ya no es igual con tanto adelanto técnico y es así que a pesar de que se diera actualmente alguna indisposición por alguna agrupación taurina no habría manera de apaciguarla pues ya no hay control en lo que ahora se puede llamar un envío de imagen al momento de alguna corrida de toros o novillada por cualquiera de los medios ya expuestos. Así es que como dice el refrán “renovarse o morir”, lo que nos hace recordar que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.