Amigos de la Fiesta Brava, mucho gusto en saludarlos. Estamos 17 días para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en el país. Se han hecho saber una infinidad de detalles a favor y en contra de la personalidad de cada uno de los cuatro candidatos, inclusive, entre ellos mismos, en los tres debates que han protagonizado, se han encargado de tirarse con todo de manera vehemente, todos contra todos y sin cumplir cabalmente con lo que la gente esperaba de estos encuentros.

De cualquier manera, quien vaya a tener la gran responsabilidad y el honor de dirigir los destinos de la República Mexicana durante los próximos seis años no deberá desdeñar ni hacer de lado lo que sucede en la Fiesta de los Toros a nivel nacional.

Por lo tanto, no es la primera vez que me surge la idea, misma que ya he expuesto en su momento, y ahora con mayor razón ya que hace un par de días, viendo en la noche por televisión de paga, concretamente en uno de los canales de ESPN, donde el experimentado periodista José Ramón Fernández, con motivo de los tiempos políticos que vive México y que, además, estamos ya en época del Mundial de Futbol, es que está realizando entrevistas precisas y concisas a los candidatos a primer mandatario de la nación.

Ya lo hizo con José Antonio Meade y la que tuve oportunidad de ver fue la que le hizo José Ramón a Ricardo Anaya, en don donde con preguntas y respuestas breves hablaron de futbol, de su importancia en la sociedad y en la política, además de lo relacionado con las propias elecciones. El resultado ha sido bueno porque se nota el apoyo al deporte.

Algo así, como ya lo había traído antes a la palestra, es lo que necesita la Fiesta Brava de nuestro país, que la familia taurina se reúna con quien resulte presidente elegido por las mayorías, no me importa cuál, tal y como en los años 70, en el siglo pasado, lo hiciera en la residencia oficial de Los Pinos el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, recibiendo a empresarios, ganaderos, toreros, subalternos, autoridades, aficionados y periodistas para solicitar su apoyo a nuestro espectáculo favorito, pues fueron tiempos en los que el presidente acudía a la Monumental Plaza México.

De sobra se sabe que actualmente existe el grupo Tauromaquia Mexicana, el que se ha encargado de promover y defender la Fiesta de los Toros y se está haciendo bien, pues dentro de ello se ha logrado blindarla en varios estados y municipios, además de implantar capítulos de Tauromaquia Mexicana a nivel estatal y de montar festejos a beneficio de la agrupación para tener fondos y forma de seguir con este arduo trabajo.

Sería entonces más que saludable que esta asociación taurina, que engloba a todas las demás, busque un acercamiento inmediato con quien quede al frente del país, pues de verdad urge que se haga y a quien resulte ser el máximo representante de México le recuerdo que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.