Emocionado y motivado por el compromiso que tiene este domingo en el coso “San Marcos” de Aguascalientes, con motivo de la novillada dentro del XXV Festival de Calaveras, platicó con nosotros el destacado novillero duranguense hecho en suelo aquicalidense, Eduardo Neyra.

“El nervio está a todo lo que da, pero al mismo tiempo está la ilusión y la motivación, pues se trata de una fecha muy importante para mí, de esas que los novilleros anhelamos torearla en algún momento, a mí ya me llegó y hay que darlo todo”, comentó sonriente el espigado torero.

La carrera de Neyra ha sido meteórica porque apenas en este 2019 debutó con caballos en el pasado serial menor del coso acalitense “San Marcos” y después a raíz de sus buenos resultados en Arroyo y Tijuana lo hicieron brincar a plazas como Juriquilla, Guadalajara y México.

“Así es. Hemos avanzado con pasos cortos, pero firmes. Tengo poco de novillero, pocas novilladas cumplidas, pero lo que ha sido importante es la actitud que le pongo a lo que hago y el rodaje me lo va a ir dando lo que vaya toreando. De ahí que me sienta contento con esto, porque todos los sacrificios que he hecho han dado resultado, por ello hay que seguir así, con esa actitud y las mismas ganas. Y en efecto este despegue en mi carrera ha sido a partir de lo realizado en Arroyo y Tijuana, triunfos que me motivaron a seguir superándome”.

La decisión entonces de dejar Durango para venirse a poner como torero en Aguascalientes, en la escuela de Espectáculos Taurinos de México, ha dado resultado.

“Así es. Desde el momento en que llegué a Aguascalientes fue con el objetivo de entrar a esta escuela tan importante luego de salirme de mi casa, a los 17 años de edad. Al principio estuve entrenando en la plaza ‘San Marcos’, orientándome, luego me llamaron de la escuela para probarme y al final me quedé en ella y poco a poco he ido asimilando el toreo, lo que ha hecho que escuche más a quienes me dirigen y, sobre todo, hacer todo con mayor tranquilidad, sobre todo pensando”. ¡Suerte matador!

DATO

Han tenido que pasar 40 años para que el estado de Durango, después del diestro Gerardo Vela, volviera a tener un torero sobresaliente como Eduardo Neyra.

 

Foto: Efrén González