A las puertas de su esperado regreso a La Maestranza de Sevilla, el rejoneador Diego Ventura obtuvo cuatro orejas en Talayuela, en una corrida que se resume con una palabra: suficiencia.

Suficiencia entendida como sinónimo de capacidad y de plenitud para cuajar los toros, muchas veces, por encima de su condición. A poco que se dejó su par de Los Espartales, cimentó el de La Puebla del Río dos faenas sin renunciar a nada, con compromiso, de sincera entrega, de exposición y de máxima vibración para responder al cariño y la expectación del público.

En su primero, al que paró con “Campina”, destacó en banderillas con el temple innato y magistral de “Nazarí”, que convence a los toros para que embistan sacando lo mejor de sí, y con el espeluznante equilibrismo de “Lío” para quebrar en el mínimo terreno posible después de darle todas las ventajas al toro.

En el segundo, que paró y fijó con “Joselito” con tacto de seda, construyó un espectacular tercio de banderillas a partir de la solvencia de “Fabuloso” para ajustar tanto los embroques y quebrar, la clase deslumbrante de “Nómada”, empeñado en demostrar que es el hijo de “Nazarí”, y ese privilegio que es “Bronce”, que encuentra toreo en todos los terrenos.

Como anduvo rotundo con el rejón de muerte, redondeó su tarde con dos orejas en cada toro para sentir él mismo que está todo en su sitio de cara al albero sevillano, donde alternará con los toreros de caballo Rui Fernández y Guillermo Hermoso de Mendoza, ante toros de San Pelayo y El Capea.

Cabe señalar que el compromiso sevillano será el sexto dentro de la agenda con la que Diego Ventura se encuentra conmemorando su temporada XXV como diestro con alternativa.

FOTO: INFO DIEGO VENTURA