El matador originario de Madrid, pero ya con residencia mexicana, Roberto Galán, es un torero que a fuerza de quererlo se ha ido acomodando en el ambiente taurino del país, además de tener alternativa en San Miguel El Alto, Jalisco, es él mismo quien nos habla de su paso por suelo nacional tras establecerse en Aguascalientes, casado con una mujer y ya con dos hijas, las tres acalitenses y de que recientemente reanudó su trayectoria torera.

“Así es, ser torero fuera de tu tierra es complicado, pero en esto del toro no sabes que va a pasar, son muchos los altibajos que se viven, sin embargo, gracias a mi constancia, siempre me he preparado, tengo el toreo metido en la cabeza, he conocido a muchas figuras del toreo de España y México y ello me ha ayudado a ir forjando mi carrera taurina, no de manera tan continuada como uno quisiera y ahora se presentó la oportunidad de volver a torear”, comentó Galán.

¿Dónde fue que lograste reaparecer?

“Así es y por ello me siento contento porque luego de mucho tiempo de no verle la cara al toro no es fácil, pero cuando se lleva el toreo en la cabeza no hay problema. Ahora en Huitchila, Morelos, logré reaparecer e indultar un toro de José Farías y por ello se han abierto otras puertas, además de haberme inscrito a la convocatoria que lanzó la Monumental Plaza México y Espectáculos Taurinos de México”.

Además, buscando que aportar económicamente a casa, has tenido que desarrollar otras actividades, como administrar una dehesa.

“Fue en la de Matancillas donde estuve cerca de tres años. Fue una faceta de la vida que surgió, pues a mí me gusta el campo desde que era pequeño, mis abuelos maternos y paternos siempre estuvieron arraigados a las labores de campo y al manejo de animales, aprendizaje que puse en práctica por mi lado”.

Una vez reaparecido, Roberto Galán seguirá luchando por la vida, sin dejar de alistarse y estar más que puesto para lo que salga, no dejar de pensar en el toro. ¡Suerte matador!

 

DATO

El diestro madrileño, con residencia mexicana, reapareció recientemente en el coso de Huitchila, Morelos, indultando un toro de la dehesa de José Farías

 

Foto: Daniel Santiago