Poco antes de las 12:00 horas de este jueves 6 de julio, el alcalde Joseba Asiron y concejales salieron al balcón del Ayuntamiento y abajo en la plaza miles de personas, tras horas de espera llegó el momento del afamado chupinazo que abre las Fiestas de San Fermín. El ansia colectiva fue subiendo a medida que se acercaban las doce. Se descorchan cientos de botellas de champaña, vino y sangría, repartiéndolo a partes iguales entre el estómago y la ropa del personal en medio de un calor infernal y sin caber un alfiler. Vino el disparo del cohetón y de inmediato se desata un rugido general del populacho traducido en cantos, gritos, silbidos, palabrotas y, también, quejidos de algún que otro pisoteado. Todo tras el grito ritual: “¡Pamploneses, Iruñatarrok, Viva San Fermín, Gora San Fermín!”.