El novillero Sebastián Ibelles recibió su primer reconocimiento en esta su corta carrera, nada más y nada menos que un majestuoso traje de luces, así como un precioso capote de paseo. A consideración de los toreros Noe Portillo y Manolo Cruz, Ibelles tuvo un destacado mérito en la concluida Temporada de Novilladas de La Plaza México, por lo que Portillo decidió entregarle un terno oro viejo y azabache, con hermoso bordado de cruz. Mientras que el capote, seda y oro, tiene como bordado a la Virgen de Guadalupe. Un auténtico obsequio, de torero a torero.

La entrega se hizo en uno de los restaurantes más taurinos del Estado de México, como lo es El Sol y Sombra, propiedad del ex novillero y hoy aficionado práctico, Enrique Espinosa, un taurino irredento y mejor anfitrión que atestiguó la entrega de los presentes para el joven torero.

Lo que sin duda ha sido de igual forma un regalo importante para Sebastián, han sido los consejos de Manolo Cruz, quien exhortó al novillero a continuar su camino con honra; lo mismo que las palabras de Portillo, quien enalteció a Ibelles para seguir con esa actitud frente a los toros y le dio la enhorabuena a su abuelo, Raúl Ibelles, también presente y quien ha sido el maestro de Sebastián.

Ha sido este torero uno de los espadas que ha dejado huella profunda, su concepto y el cómo ha asimilado el toreo admiro a la afición, la seguridad con que pisa los terrenos y su peculiar forma de interpretar su labor frente a los astados le pone en un sitio especial, sobre toros porque Sebastián no es un torero hecho en serie, sino muy aparte.  Dejo un ambiente muy especial y está en las empresas dar continuidad a su toreo para lograr un matador de toros que engrose y refresque la baraja nacional.