Tras poco más de dos meses y medio de estar padeciendo y luchando contra la pandemia que ha provocado el coronavirus, además de otras actividades, en este caso las deportivas y, por supuesto, la taurina, se han visto seriamente afectadas por las normas sanitarias que se han tenido que cumplir, a pesar de haber gente inadaptada que cree que no le va a pasar nada, pero ese es otro cantar, aquí lo que nos preocupa y ocupa es la forma en que se quiere o desea arreglar lo que el Covid-19 ha provocada y que detrás de todo ello está el aspecto económico, determinando así que sencillamente la vida fue una antes de esta contingencia y, otra, cuando a ésta se le supere, eso es más que seguro.

Muchos seriales y festejos taurinos que estaban funcionando se tuvieron que parar, un número importante de ferias, hablando de nuestro país, ya no se pudieron dar cuando ya estaban plenamente planificadas, lo que trajo en consecuencia la inactividad de los toreros, es decir, matadores de toros, novilleros, quizá el sector más afectado ya que son las fuerzas básicas de la torería, banderilleros, picadores y puntilleros, además, claro, de los monosabios y trabajadores de las plazas de toros, incluyendo a los transportistas de ganado bravo y quienes laboran en las dehesas.

Otro tema son los relacionados con las empresas grandes, medianas y pequeñas, las que han tenido que voltear a otras actividades para no verse mermadas en su economía, aunque por lo que se refiere a las medianas y pequeñas si han tenido que dedicarse a otras cosas hasta que pase esta eventual época, y las ganaderías, otro de los sectores verdaderamente vulnerado por la pandemia, pues al no haber cosos donde lidiar pues simplemente el ganado que estaba listo se ha tenido que quedar y en algunos casos se tendrá que sacrificar sin dejarle a su criador una nota cierta sobre su desarrollo y desempeño.

Es por ello, que tanto ganaderos como toreros, me refiero a matadores y novilleros, se han visto en la necesidad de no parar en sus actividades, al acudir los toreros a las fincas que están llevando a cabo, con cierta regularidad, sus labores de tienta argumentando que todo se ha hecho o se está haciendo cumpliendo con las mencionadas reglas sanitarias.

Se ha sabido igualmente de manera indirecta, pues no nos explicamos cómo es que las agrupaciones taurinas, llámese ganaderos, empresarios, matadores y subalternos, han efectuado ya varias reuniones y al respecto han elaborado informes de lo acontecido en ellas, pero sin darlos a conocer de manera pública y, uno, cumpliendo con el trabajo periodístico investiga y tiene acceso a esos informes para publicarlos que, repito, no se sabe por qué son de carácter interno, cuando deberían ser de interés general para la población taurina.

En fin, que de entre algunos de esos documentos está, sobre todo, la posición de los toreros de esperar hasta que se den las condiciones idóneas para pensar ya en volver a las plazas de toros y no como se sugirió desde Europa al planear festejos taurinos sin público, pero si televisados, lo cual sería verdaderamente absurdo darle una salida así a un espectáculo que tiene alma, emoción, sentimiento y muchos valores que expresa el aficionado desde su localidad en una plaza de toros.

Entonces, si en España los toreros de relevancia, activos y retirados, y hasta ganaderos, ya se han juntado y tomado cartas en el asunto dirigiéndose a las autoridades, desatándose así una fuerte polémica que ha involucrado a algún anti taurino, ya refleja la preocupación y ocupación de los elementos de la familia taurina por volver a su actividad, por qué entonces nuestra torería no da alguna “señal de vida” en lugar de preferir refugiarse en reuniones a puerta cerrada con las demás agrupaciones y colocando todo en un incomprensible hermetismo.

Estamos ya en el mes de junio, entrando así a la parte de la campaña taurina nacional en que menos se torea y ahora con la pandemia pues menos actividad habrá, por lo que entonces se tendrá que ir pensando que, ojalá, para finales de julio o agosto, aunque ya hay quien asegura que será hasta septiembre cuando se pueda reanudar de alguna manera la actividad taurina en el país. Habrá que esperar noticias al respecto.

Lo cierto, es que como ya lo habíamos apuntado, la Fiesta de los Toros no será igual pues estamos viviendo un parte aguas en todos los aspectos y entre los cambios que se puedan dar está por ahí el propósito de revisar el reglamento taurino para ser motivo de algunas modificaciones, algo que se antoja más que delicado, pues es un tema que incumbe a los sectores más importantes de nuestro viril espectáculo y a las autoridades correspondientes, además de que no se hará de la noche a la mañana.

Sin duda, nos encontramos en la coyuntura justa para pensar y poner manos a la obra para hacer de nuestra Fiesta Brava un espectáculo más digno y respetable, siempre pensando en su beneficio general y no de unos cuántos. Por ello, le recuerdo que “cuando la inteligencia humana y la irracional belleza animal se conjugan en la arena ¡surge el toreo! Arte y bravura en escena”.