MADRID, España. Martes 30 de mayo (Cultoro).- El mexicano Leo Valadez, Diego Carretero y el galo Andy Younes no encontraron la forma de meterle mano a una buena novillada de Montealto esta tarde en la vigésima función de la Feria de San Isidro la segunda novillada picada del abono.

Lavado de cara y cabezón salió el primero de Montealto, humillador pero atolondrado y distraído de telas. Un saludo por cordobinas de Leo Valadez y un quite por chicuelinas fue el bagaje con el capote. Quitó también Diego Carretero por limpias gaoneras y respondió Leo por fregolinas, mejor intencionadas que ejecutadas. De rodillas en los medios esperó la arrancada de un utrero que iba y venía con más inercia que empleo pero con movilidad, que fue lo que aprovechó el mexicano en un principio. Docilón y obediente el novillo, le pegó mil muletazos Leo pero la falta de entrega le restó transmisión hasta a las manoletinas con que epilogó la faena. Pinchó, además, y en silencio tras aviso quedó el trasteo.

Hubo más facilidad que brillo en el saludo a la verónica al cuarto que convirtió Valadez en chicuelinas cuando llegó a los medios con el enclasado animal. Por zapopinas quitó el mexicano para calentar al tendido, a lo que respondió Carretero por chicuelinas de media altura. Tiene oficio y tiene asiento Valadez pero le costó acoplarse con la embestida humillada y codicioso del de Montealto, al que le permitió tocar tela más de la cuenta, afean dos los finales que tenía buenos el utrero. Animoso y entregado, le faltó sapiencia para gobernar al bravo, que, como tal, fue exigente. Y que no se cansó de regalar embestidas sin que le cogiese la distancia ni el pulso. Mató, además, de una estocada baja, falló con el descabello y escuchó silencio.

Con una larga cambiada en el tercio saludó Diego Carretero al segundo, menos basto pero más novillo, colocado y humillador en el capote que manejó con soltura. Con estatuarios inició faena de muleta para rematar con una firma y arrancar la primera ovación. Pero le costó acoplarse con la arrancada franca que tembló por momentos y le superó en otros en una faena de altibajos coronada con una metida y una estocada y valorada con el silencio.

El melocotón quinto se empleó con brusquedad por abajo en el percal de Diego Carretero y así lo mantuvo en el penco pese a que metió riñón en el peto. Con el cartucho del pescao quiso iniciar en los medios Carretero pero fue desarmado y a partir de ahí todo fue querer mucho y poder poco. Solo una serie con la mano izquierda parece poco bagaje con un novillo con transmisión que te lo daba si eras capaz de cogerle el pulso para corregirle los gañafones que dejaba en el final. Terminó por joselillinas y en una se lo echó el utrero a los lomos. Volvió a la cara para pegarle las dos joselillinas que se le habían quedado en el tintero y pinchar lo antes de estocada. Ovación.

Brillante anduvo Andy Younes con el percal en el saludo a la verónica al bonito tercero que se entregó en todo lo que hizo y empujó con bravura y fijeza en el tercio de varas, donde se llevó un severo correctivo. Más desentendido al salir del peto, sufrió con los tirones del quite por gaoneras de Leo Valadez. Al cambiado se quedó en los medios tras el brindis y fueron varios los que le sopló el francés, con una trinchera y una firma que recortaron mucho el viaje del buen berrendo. Y lo notó en la serie posterior, en la que ya no viajaba tan largo. Y así se quedó el resto del trasteo, con el francés pulcro y bien intencionado y el animal adoleciente de la chispa que le habían matado. Los doblajes del final de faena lo hicieron viajar largo y tal vez le hubieran venido mejor en el inicio. Una estocada contraria y el descabello solo dieron para un silencio.

El sexto, de bella hechura, le echó la cara arriba al picador en varas pero se desplazó con largura en las telas hasta llegar a la muleta. Tal vez por eso quiso desmayarse Younes antes de tiempo con él y quedó descabezado el trasteo, porque cuando intentó gobernarlo el utrero ya estaba acabado. Muy enfrontilado al natural, después no logró encontrar el pulso ni ligar las embestidas, quedando todo desangelado. Perfilero en el final de faena, sólo logró extraer medios muletazos que no calaron en el tendido. La estocada no le permitió pasar del silencio.

FICHA: Plaza de toros Monumental de Las Ventas. Vigésima función de la Feria de San Isidro. Segunda novillada con picadores. Entrada: Dos tercios. Seis novillos de Montealto: el primero soso, docilón pero obediente. El segundo con trasmisión humillada, manejable. El tercero de franca humillación y noble embestida. El cuarto codicioso, boyante y enclasado. El quinto exigente y áspero pero emotivo el jabonero. Y el sexto noble y obediente pero sin clase. El mexicano Leo Valadez: Silencio tras un aviso y silencio. Diego Carretero: Silencio y ovación. El francés Andy Younes, quien debutó: Silencio y silencio