Un emotivo festival taurino campero se llevó a cabo en la ganadería celayense de don Joaquín Aguilar el reciente domingo 11 de este mes ante un buen número de aficionados, quienes con ganas de disfrutar su pasión llegaron a este hermoso lugar para disfrutar de una buena tarde taurina, por supuesto, cuidando todas las normas de sanidad actuales, indica el portal Suertematador.

Abrió el festejo el novillero mexiqueño avecindado en Aguascalientes, Diego Garmendia, con un novillo que tuvo calidad y clase. Se lució con la capa y en banderillas para después cuajar una faena templada y con detalles de torería para culminar con una estocada en buen sitio y pasear una oreja.

Siguió el turno del diestro retirado Marcial Herce, apunta el portal, con un novillo que fue bravo y con calidad, en el que lució a la verónica con temple y buen gusto. Invitó a banderillear a los matadores Israel Téllez y Francisco Martínez en lo que fue un emocionante tercio de garapullos. Ya con la muleta después de brindar a su equipo de trabajo del restaurante “Tupinamba”, Marcial inició una faena que fue a más. Los pases fueron con temple y con sentimiento, calando en la afición presente. La faena fue por ambos lados, con detalles enclasados, mostrando que lo bien aprendido no se olvida y como los buenos vinos que con el tiempo saben mejor. Culminó de estocada un tanto caída pero suficiente para cortar una oreja.

Toco el turno del aficionado práctico Emilio Méndez, quien realizó una labor de tienta a una vaca que tenía fijeza pero que le costaba humillar. Méndez se fue a porta gayola para recordar al maestro Rodolfo Rodríguez “El Pana”, realizando la suerte de “La Tlaxcalteca”, con el capote en la espalda al que le siguió otro lance de capa de su creación para después poner la vaca en los medios para que acudiera la vaca al peto y que don Joaquín Aguilar realizara la calificación correspondiente. Siguió un quite por gaoneras para después tomar la muleta e iniciar con el pase de “El imposible” para después doblarse con la obediente vaca. Dos tandas por la derecha con gusto y corriendo la mano con sentimiento y afición al natural, dejando detalles con trincherazos, cambios de mano y molinetes culminando su labor para ser ovacionado y dando turno a los aficionados que se bajaron al ruedo a probar su suerte.

Una vez terminado el festival, finaliza el portal, la gente pudo disfrutar de las delicias gastronómicas del “Tupinamba”, del Flamenco y de un gran ambiente para mantener viva la afición por la tauromaquia.