CARACAS, Venezuela. Lunes 3 de julio (Rubén Darío Villafraz, especial).- Vamos transitando por la mitad de este año y, para la fecha, el toreo en Venezuela vive un momento trágico y desolador. Literalmente se ha paralizado todo ese engranaje que implica el lío del toro en el país, solo pensando en el recuerdo y las ansias que todo tiempo que venga sea mejor que el que estamos viviendo.

Tomamos en consideración de lo que hemos sido testigo y vemos como por ejemplo en enero se dio casi de milagro la Feria de San Sebastián en San Cristóbal, en febrero en Valle la Pascua y la Feria del Sol de Mérida vieron luz y, de allí, poco más o poco menos hemos tenido en el tintero.

Y en el panorama, la incertidumbre de otros epicentros del país como por ejemplo Táriba, Tovar, Valencia o Maracaibo, por mencionar las más importantes, sin dejar a un lado la importancia que tienen ferias de otros pueblo menores que mantenían la llama del toreo en el país.

Grave momento, por ejemplo, que no se conozca quien o quienes asuman los destinos de la Feria de San Sebastián en San Cristóbal para el periplo 2018-2022 o con qué toreros o ganaderías va contar la Feria del Sol en 2018, seriales que para este momento en años anteriores ya habían abierto su respectivo abono, aun cuando de esto poco o nada le importe a la polémica empresa de turno, que para eso se apaña de improvisaciones de última hora como la vividas este año y todo el mundo feliz y en santa paz.

La Feria de Tovar tiene en agenda dos corridas y una novillada, e incluso había anunciado ganaderías y toreros para la apertura de su abono. De ello hasta esta fecha, poco se sabe y se entiende, a razón de las prioridades que vivimos todos o la mayoría de los venezolanos en este momento, que ojalá y deriven en corto tiempo en un nuevo esplendor, siempre a mejor, nunca en lo que hemos derivado como sociedad actualmente. Que el toreo así mismo en nuestro país lo necesita.

Por lo menos, tenemos el consuelo de vernos dignamente representados en la Europa taurina de la mano de toreros tachirenses como Manolo Vanegas y Jesús Enrique Colombo, que ya es mucho.