En el serial «Quiero ser Torero»

Este sábado 10 de abril de 2021, en punto de las 13:00 horas, teniendo como escenario la plaza de tienta de la dehesa potosina de Manuel Labastida, se llevará a cabo el tercer festival del certamen “Quiero ser Torero”, mismo que organizan el ganadero Manuel Labastida Aguirre y su hijo el matador de toros Fernando Labastida Hernández. 

Se trata de un cartel más que interesante e integrado por cuatro firmes promesas mexicanas, quienes llevarán como director de lidia al reconocido diestro Fermín Rivera y además compartieron sus impresiones al respecto, según nos lo relata nuestro amigo y colega Emilio Méndez. Esto fue lo que dijeron: 

El primer espada es Roberto Benítez, originario de Apizaco, Tlaxcala. Actualmente pertenece a la Escuela Taurina de Tetla. Inició su andanza taurina a los ocho años de edad en el aula especializada de Apizaco con el maestro Jesús Villanueva. Después fue con el matador José Luis Angelino para entrar a la de Tetla. A los 11 años lidio a muerte su primer eral en el coso de Altzayanca y posteriormente fueron llegando algunos festivales y vacadas, así como el pasado domingo 28 de marzo en que debutó de luces en la plaza Monumental “Rodolfo Rodríguez ‘El Pana’” de Apizaco, dejando buena impresión. Benítez quiere ser torero, primero por hambre y por el dinero, pero si no hubiera un amor por esto, no se podría hacer nada. Es su gran sueño y por lo que tanto ha luchado y seguirá así hasta conseguirlo. 

Como segundo va Cristóbal Arenas “El Maletilla”, de 14 años de edad, originario de Pachuca, Hidalgo. Pertenece a la escuela taurina “Jorge Gutiérrez Argüelles”. Su afición a los toros inicia por sus padres, quienes no tienen mucho como aficionados, pero lo empezaron a llevar a los festejos taurinos para ver la emoción que provoca en la gente ver a los toreros y al toro, lo que provocó que le entraran ganas de ser como ellos, de querer imitar y de querer saber cómo vive un torero. Entro entonces a la citada escuela taurina que dirige el matador Luis Gallardo a la edad de siete años, donde empezó a forjarse en este bonito arte. Debutó como becerrista en Villahermosa, Tabasco, en 2014 y, a partir de ahí, después de varios triunfos, tuvo la oportunidad de que el empresario Marco Sirvent lo pusiera en “Cinco Villas”, plaza en la que tuvo una tarde bonita y de ahí vinieron otros triunfos que le permitieron llegar a la Feria de Aguascalientes en 2015, por lo que don Julián López, padre del maestro madrileño “El Juli”, lo vio torear y surgió la idea de becarlo tres meses en la escuela que tiene en su fundación el reconocido diestro, lo que sin duda fue una gran experiencia. 

El ver que la fiesta se vive diferente por allá, el poder convivir con compañeros de allá le hizo ver que la disciplina y la cultura taurina es muy diferente, pero bonita y lo disfrutó bastante. “El Maletilla” señala que quiere ser torero, “porque es lo que más me llena en esta vida, creo que es la raíz por lo que está uno en este mundo, se va enamorando uno más de la fiesta y yo lo tomo como un estilo de vida para llegar a ser figura del toreo. Torear en las ferias más importantes y vivir en torero siempre y, si Dios me permite ganar dinero en esta profesión que es lo que más amo, son de las cosas por las cuales quiero ser torero, además de que mi más importante deseo es dejar huella en todos los aficionados que me vean torear”. 

El tercero en el cartel es Jairo López, originario de Guadalajara, Jalisco. Pertenece a la escuela taurina de Espectáculos Taurinos de México en Aguascalientes. Inició su andar taurino por su padre, quien también quiso ser torero y desde pequeño lo llevaba a los toros al coso tapatío “Nuevo Progreso”, donde también trabaja. 

Su debut fue en Guadalajara en una posada taurina en la que se midió con un eral de Cerro Viejo a los nueve años de edad y de ahí a la fecha no ha aflojado, solo hubo un lapso en el que se dedicó a terminar los estudios de secundaria. Torear es lo que más le llena en la vida, es su todo, de ahí que señale el mismo que “podrán ver a un torero clásico, técnico y con varias cosas que surjan”.  En cuanto a este certamen, está consciente de que es un gran compromiso, estando agradecido tanto con el ganadero como con el matador Labastida, “es una gran oportunidad y se le está dando la seriedad que se le debe de dar, no queda más que agradecer y echarle todas las ganas para pasar a la final”, concluyó el torero. 

El cuarto espada y más joven del cartel es Marco Peláez, de Tlaxcala. Pertenece a la Escuela Municipal de Tetla. Su andar taurino empezó por su padre, quien fue carnicero y lo empezó a llevar a los toros, por lo que así le nació la afición y desde hace dos años en que abrió la escuela taurina de Tetla, dirigida por el matador José Luis Angelino, es donde inicia su camino. Señala Peláez que quiere ser torero, “por las emociones que te da el estar toreando, que puedes haber pasado un mal día o lo que tú quieras, pero cuando sale un toro y te embiste bien, te olvidas de todo y además quiero tener la grandeza que tienen las figuras. Considero que para ser torero solo se necesitan ganas y lo demás ya se dará”, argumenta. En cuanto a este certamen, señaló el tlaxcalteca que es una oportunidad grande, “ya llevo un año sin torear festivales y creo que no solo para mí sino para todos los que participan en el certamen es una gran oportunidad”. 

Cabe apuntar que los cuatro espadas ya se midieron y se dieron un agarrón hace unos días en la ganadería queretana de Los Encinos, propiedad de don Eduardo Martínez Urquidi. Cada uno no se dejó “ganar la pelea” y con sus propios argumentos auguran lo que se espera en el festival de este sábado que se llevará a cabo en la ganadería de Manuel Labastida, la que se ubica en el kilómetro 7 de la carretera a Tierra Nueva en San Luis Potosí. 

Foto: Cortesía Emilio Méndez