Madrid, España. 25 de mayo. (Juan Carlos Mesa/ Burladero.tv) Duodécima de feria, corrida de Pedraza de Yeltes para Octavio Chacón, Javier Cortés y Juan Leal, tres matadores de toros con más trayectoria en Francia en los últimos años que en España y quizá eso se noto en la afluencia de público, cerca de dos tercios de varas. Un hierro, el salmantino, que trata de hacerse un hueco en el cartel isidril para lo cual este año se ha presentado con una corrida noble, con animales de menos peso, aunque de duración corta.

Tras el subidón esta semana con Roca Rey y David de Miranda, hoy la tarde supo a poco. Cortó una oreja el diestro francés Juan Leal tras recibir una cornada de 25 centímetros en la zona perianal que le impidió lidiar al sexto. Un hierro que le ha dado tarde de gloria a Juan Leal, con un toro que humilló, por el que apostó fuerte en el inicio de muleta de rodillas, explosividad que metió de lleno al tendido en la faena, aunque le costó al de Arles acoplarse al animal. Optó por el toreo de cercanía lo que le acarreó el cornalón que le llevó a la enfermería no sin antes rematar el trabajo. Gustó la proeza al público que pidió el trofeo, atendiendo el palco la excesiva exigencia.

La misma que debió mostrar para con Octavio Chacón que destacó por su ya habitual temple y suavidad, por el oficio que muestra tanto en la colocación como en las distancias. Toreo en línea, faena muy profesional que por desgracia no llegó a los mismo tendidos que antes cayeron rendidos a los pies de Juan Leal. Dejó patente su buen hacer con la espada dejando ver lo metódico de su lidia, de principio a fin, llevando al toro al caballo con inteligencia, cuidando los detalles menos perceptibles para el aficionado con pulcritud. Se fue de vacío pero aún le quedan dos tardes más por delante donde poder resarcirse.

Frustrado abandonó la plaza Javier Cortés que hacía su segundo paseíllo en esta feria tras la corrida de La Quinta del pasado día 14. Muy incómodo se mostró en todo momento, tanto por el viento que hizo acto de presencia otra tarde más, como por las características de su lote, muy descolocado en la muleta el primero, al que sacó al menos una buena tanda por el pitón izquierdo, encelado en el trapo el segundo que le desarmó hasta en dos ocasiones, una de ellas le pudo costar un disgusto. Y su cruz, la espada, con la que no anduvo fino. Como bien dijo a los compañeros del canal Toros, quiso más que pudo. No le queda más remedio que intentar puntuar en Francia.

Foto: Alcolea (Burladero)