Fue en el rancho mexiquense Casa Blanca donde lidiaron toros de imponente presencia de la ganadería de Real de Saltillo

Se llevó a cabo la jornada de preparación del proyecto “Formando Toreros” en el bonito Rancho “Casa Blanca”, ubicado en la localidad mexiquense de San José Villa de Allende, en la que los matadores de toros Pepe Murillo y Rodrigo Cepeda “El Breco III”, así como el aspirante a novillero “Lolo” Gutiérrez, hicieron una gesta al enfrentarse a tres imponentes ejemplares con el hierro de Real de Saltillo, informa el colega y amigo Emilio Méndez.

“Formando Toreros” es un proyecto bajo la dirección del hacedor de toreros Pepe San Martín y del matador de toros Curro Plaza como director artístico, quienes han realizado un trabajo importante con tres toreros de diferentes cortes, en diferentes circunstancias, pero con el común denominador de imponerse a cualquier circunstancia y lograr el objetivo de trascender como personas y como toreros, con un sello y torería a la mexicana.

De este proyecto también forman parte los matadores de toros en retiro Miguel Cepeda “El Breco II” y Pepe Murillo -padre-, quienes estuvieron presentes en esta jornada aportando sus consejos y opiniones.

Después de varios meses de entrenamiento, preparación física y mental, de pulir técnica y de estar en el campo bravo, llegó el día importante de este proyecto para medir y obtener conclusiones del trabajo realizado por estos tres toreros con tres ejemplares de esos que piden el “carnet”.

El diestro Pepe Murillo -hijo- se enfrentó entonces a un serio e imponente ejemplar de más de 600 kilos, ya con edad, con el que se abrió de capa con actitud, verónicas de buen gusto y un emocionante remate con una larga cambiada de rodillas con mucha verdad. El toro se fue a más derrumbando aparatosamente al picador afortunadamente sin consecuencias. Ya con la muleta se vio a un Murillo con madurez y con esa raza que lo caracteriza para imponerse a su exigente oponente, al que poco a poco fue metiendo hasta lograr cuajar muletazos llenos de entrega y alma que calaron en los que estuvieron ahí presentes. El toro acusó la edad y aunque tenía nobleza fue a menos ante un torero que fue a más para culminar su labor con una estocada en buen sitio, pero sin lograr que el ejemplar doblara las manos por lo que tuvo que dejar otra buena estocada.

Tocó el turno a “El Breco III”, quien se enfrentó a otro serio toro de más de 550 kilos, nada fácil de lidiar. Aun así, fiel a su tauromaquia, “El Breco III” dejó detalles de inspiración capotera. El toro cumplió en el caballo siendo bien picado por Federico Domínguez Rodríguez “El Gordo de Iztapalapa” para que después Rodrigo pusiera banderillas jugándosela ya que el toro desarrolló sentido, siempre terminando la embestida derrotando. Ya con la muleta, Rodrigo inició su labor de rodillas en los medios pasándose al astado muy cerca. A base de valor y oficio logró muletazos de mucho mérito, con solera y aguantando la embestida en los remates. Acabó por expresivas sanjuaneras y en la suerte suprema el toro lo puso difícil teniendo que usar el descabello.

Una grata sorpresa fue la que dio el aspirante a novillero Alejandro “Lolo” Gutiérrez, quien después de ser campeón y estar a un gran nivel a nivel internacional en el motociclismo, cambió el “caballo de acero” por el capote y la muleta dejando buena impresión. Valor, determinación y, sobre todo, esas ganas de ser torero fueron la base desde el inicio de capa con un serio novillo de más de 400 kilos, que salió manseando incluso después del primer encuentro con el caballo. Aun así, Gutiérrez se echó el capote a la espalda para hacer un quite por gaoneras sin moverse. Tomó las banderillas y aunque no estuvo acertado, se le vio con soltura delante del astado. Y con la muleta inició doblándose con buen gusto para después cuajar una faena destacando los muletazos largos por el derecho. En uno de los muletazos el novillo hizo por el mexiquense para sufrir una voltereta sin consecuencias, pero con vergüenza torera y sin mirarse la ropa se puso de nuevo por manoletinas ajustadas para culminar con una buena estocada.

Los toreros estuvieron auxiliados por el experimentado banderillero Adolfo Sánchez y el picador Federico Domínguez Rodríguez “El Gordo de Iztapalapa”, quiénes también se la jugaron con profesionalismo con los exigentes ejemplares de Real de Saltillo.