La Plaza de toros RANCHERO AGUILAR registró casi tres cuartos de aforo en una noche sin viento y con clima muy agradable.

Se lidió un ejemplar de ZACATEPEC, que abrió plaza, y que tuvo gran nobleza en su embestida. Dos de RANCHO SECO (2o. Noble, pero se rajó, 3o que recibió el
arrastre lento y 5o. de gran son, bravura y clase)  y dos de LA ANTIGUA, (4o. abanto y  6o. de gran clase, aunque se rajó).

PABLO HERMOSO DE MENDOZA, (1o y 4o).ha vuelto a derramar maestría y sabiduría para lidiar dos toros de manera triunfal. A los dos les hizo de todo y los mató al primer intento.
Hoy sacó una cuadra nueva, que ha sobresalido.
Cortó, solamente, una oreja en el segundo y le pidieron la oreja del primero, que no quiso dar el juez.

DIEGO SILVETI (2o. y 6o.) no pudo lograr una faena de triunfo en su primero, porque el toro se vino muy a menos, deslucido y terminó con la cabeza alta. Estocada completa despendida, para ser ovacionado.
Su segundo fue un toro de mucha calidad, al que DIEGO le toreó muy bien de capote en verónicas y gaoneras.
Le brindó al Maestro RAFAELILLO y se fue a los medios con la muleta y le cambió por la espalda en tres ocasiones, para de ahí darse a torear por ambas manos. Cuando todo parecía que iba a ser una gran faena, el toro se fue a las tablas y se rajó. Hasta ahí fue DIEGO a sacarle los últimos pases por alto, con la entrega total de la gente.
Le metió tres cuartos de espada en todo lo alto y le cortó una oreja de peso.

GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA (3o.) ha vuelto a realizar una gran faena, ahora si, coronada con el rejón de muerte. Pudo saborear la nobilísimas embestidas de un Rancho Seco, al que cuajó en rejones banderillas y adornos en todo lo alto. Puso sus cabalgaduras muy cerca, haciendo emocionar al público. Le otorgaron una oreja, que debieron de ser dos, pero el juez no vio lo que todo el público sí. Dio una triunfal vuelta al ruedo en compañía de Sergio Hernández, Ganadero de Rancho Seco.

JUAN SILVETI (4o.) no ha podido mostrarse, al encontrarse con un novillo que no tuvo una lidia fácil, rodó mucho al principio con el capote y no se fijó. No se acomodó, tampoco, con la muleta y pasó dificultades para pasaportarlo. A medida que fue pasando el tiempo se puso cada vez más difícil y terminó por escuchar los tres avisos.