Hace unos meses, para ser precisa en abril del año pasado, fui a Zacatecas a presentar mi libro “Memorias de un ciego visionario”, por invitación del entusiasta y apasionado matador Marco Antonio Aguirre. En dicho evento tuve el gusto de compartir el cartel con la diputada local María del Mar de Ávila Ibargüengoitia, quien me pareció una mujer joven, además de encantadora, inteligente y con un gran porvenir en la política y apasionada de la Fiesta Brava, que heredó de su abuelo don Manuel Ibargüengoitia Llaguno, propietario de la legendaria ganadería de San Antonio de Triana.

En estos días me envió el matador zacatecano en el retiro Marco Antonio Aguirre un reportaje que le hicieron a la diputada, en el periódico “El Nopal” de Zacatecas, en la que la nieta de don Manuel, chanela muy bien de Toros, además de Política.  

En este habla que su tierra natal Zacatecas, tierra del Toro Bravo, del por qué no ha figurado un torero importante. Al respecto comentó:

«Un buen día en mí infancia, escuché en casa de alguien decir: Pues desde niña oía decir que Zacatecas es la tierra del Toro Bravo, crisol de buenos toreros. Y en el transcurso de la vida he constatado que esto es cierto, lamentablemente los toreros que han logrado alcanzar niveles importantes en su profesión con la colaboración de los astados zacatecanos, no han sido nativos de esta tierra.

«Y no ha sido así porque aquí, no es que no exista jóvenes con actitudes y aptitudes para desarrollar cualidades taurinas, sino porque no se han encontrado los apoyos suficientes y necesarios para calar hondo en la bella y mágica profesión de torero.

«Las reglas no escritas, transmitidas por generaciones , eran y siguen siendo muy duras sobre todo para aquellos que no poseen más que su sueño de llegar a ser figuras del toreo. Su andar era un recorrido lleno de espinas, humillaciones y sinsabores, no en pocas ocasiones escuché charlas que para mi eran propias de una novela como que, los torerillos tenían que andar con la lengua recogiendo su propio sudor, entre el polvo de los caminos y en busca de un animal para pegarle algunos capotazos y ello les ayudaría a apaciguar el fuego interno que les consumía las entrañas.

«Ahora como diría el excelso poeta García Lorca, se acabaron los gitanos que van por el monte solos, ahora los maletillas se acabaron para darle paso a los escolapios, hoy en día las escuelas taurinas son las responsables de formar toreros, eso dicen, pero ya en otra ocasión tocaremos ese tema. Lo que sí es que, para los desposeídos, sigue siendo complicado su andar.

«Pero bueno, viene a cuento lo anterior, porque siempre flota en el ambiente taurino la pregunta, cómo es que, en Zacatecas, habiendo tantas y tan buenas ganaderías de reses de lidia, hasta ahora no hayan tenido una figura importante del toreo y pareciera que es una pregunta sin respuesta, sin embargo, si la tiene y está muy simple.

«Por qué somos poco solidarios, porque no hemos sido capaces de apoyar a aquellos jóvenes de que han logrado alcanzar la primera etapa de su proyecto de vida, es decir doctorarse en tauromaquia que es justo ahí, cuando verdaderamente necesitan el apoyo de ganaderos, empresarios, prensa, autoridades y epígonos taurinos que ayuden.

«Y es que para llegar, es imprescindible torear, luego entonces, hay que darle toros. Hay que colocarlos en las corridas de toros que se realizan en diversas ferias del estado. Cierto es que los empresarios son los que arriesgan su dinero y justo es que en aras de defender su inversión confeccionen carteles como mejor les convenga.

«Pero también sería justo que los patronatos como parte de las negociaciones contemplarán la inclusión de un torero zacatecano en sus carteles y así tendría garantizada la participación de los paisanos. De otra manera seguirán siendo excluidos como ahora lo son, los de las ferias de Zacatecas, Juchipila, Sombrerete, Jerez, Río Grande, entre otras, y es que a decir verdad actualmente hay matadores muy competitivos que ocupan de la ayuda de su gente.

«Entonces la respuesta es una y contundente, Zacatecas no ha tenido una figura del toreo, porque no hemos sido solidarios, porque esencialmente hemos sido egoístas. Por lo que en la medida que, los patronatos de las ferias consideren en las negociaciones taurinas la inclusión obligatoria de un torero zacatecano en los carteles, entonces se habrá dado un gran paso a la consolidación de llegar a tener una figura del toreo».

«No olvidemos que aquí en el estado existe un promedio de 20 corridas de toros al año, por lo que los presidentes municipales deberían en sus respectivas ferias promover la presentación de festejos taurinos, para apoyar a sus paisanos».