Tlaxcala, Tlax. Corrida de la prensa. 26 de octubre. En medio de un ambiente de alegría y tradición celebrando los 500 años de encuentro de dos culturas (México y España).

Abre plaza Luis Pimentel con un astado de Juan Huerta, de nombre “Misionero” que embistió con calidad al toreo a caballo. Entregado y esforzado estuvo el jinete Huamantlense. Los forcados de Teziutlán destacaron en una arrojada pega. Pimentel remataría, después de un pinchazo con el rejón de muerte, con estocada entera a pie y dando una vuelta al ruedo acompañado de Los aguerridos forcados.

El primero toro para la lidia ordinaria, correspondió al torero guanajuatense de dinastía: Diego Silveti. Fecha de importancia singular pues se cumplen 100 años de que Juan Silveti  Mañón comenzó a escribir la primera página  de historia llena de arte y bravura entre los Silveti y Piedras Negras. Hoy después de un siglo se reúnen dos apellidos legendarios en el toreo mexicano.

“Columnista”, toro cárdeno, serio y de buenas hechuras, con el que Diego lanceó con gusto para rematar con una media muy pinturera. Con la muleta realizó una faena maciza y templada, con la mano derecha.  Y firme y desmayado al natural. El toro embistió con nobleza y seriedad y Silveti lució en cada tanda, así como en detalles preciosos por trincherillas y molinetes que deleitaron a la afición. Una oreja importante después de una estocada en todo el sitio.

Angelino de Arriaga, torero Apizaquense, dibujó verónicas sentidas y remate saleroso a “Noticioso”, un castaño serio y de bella lámina. Instrumentó un quite ceñido por chicuelinas y remate por revolera.  Lució con recursos y asomándose al balcón en el tercio de banderillas. Con la muleta desarrolló una faena con claridad y actitud por ambos lados ante un toro exigente. Remató con una media en buen sitio suficiente para cortar su primera  oreja.

El tercer toro de la agradable tarde en Tlaxcala, correspondió al torero local José María Macías. “Reportero” embistió muy despacio al capote suave de JM. Después de un buen puyazo, Macías se echó el capote a la espalda y protagonizó un quite por gaoneras estático.  Con la muleta pulseó las embestidas cadenciosas del  Piedras. A destacar una tanda por naturales y las ganas desmedidas de José María. Cerró con manoletinas y fallo en par de ocasiones con la espada. Estocada desprendida suficiente para que doblara el toro y recibiera una ovación.