Francisco Martínez, matador de toros de San Miguel de Allende, Guanajuato le ha dado continuidad, sin aflojar el ritmo, a la seria preparación a la que se ha sometido durante esta pandemia del Covid-19, básicamente acontecida en el campo bravo.

Una muestra de ello es que el reciente sábado 1 de este mes, a puerta cerrada, pasaportó de nueva cuenta un par de toros compartiendo ahora las labores del arduo alistamiento con los también diestros doctorados, el mexiqueño José Mauricio y el michoacano Antonio Mendoza.

Esta tercia torera entonces intervino en un interesante desafío ganadero entre las dehesas queretanas que lucieron sus respectivas divisas, la de Los Cues en naranja y blanco; la de La Antigua en tabaco y azul celeste y la de Palma del Río en verde olivo y azul celeste, teniendo como escenario el ruedo del cortijo del conocido restaurante “Campo Bravo”, ubicado en el kilómetro 171 de la carretera Panamericana, en San Juan del Río, Querétaro.

Sin duda, los tres espadas se dieron una más que buena entrenada pues, aunque lo hicieron vestidos de corto, fue como si lo hubieran hecho en un festejo con toda la formalidad y a pesar del fuerte aguacero que tuvieron que soportar los lidiadores.

Foto: Bajo el aguacero también se dio gusto toreando el espada sanmiguelense / Cortesía Martínez