Desde hace algunos años en el cierre taurino de La México, se presenta un cartel de
rejoneadores con forcados que atraen a un público distinto al consuetudinario de los toreros
de a pie, porque se deduce que algunos de los aficionados más recalcitrantes,
equivocadamente no le dan la misma importancia.
Sin embargo, el actual nivel artístico de la mayoría de los rejoneadores no sólo se ha
mantenido con respecto al pasado, sino que en muchos casos ha subido y pongo a Pablo
Hermoso de Mendoza y Diego Ventura, para dar argumentos concretos.
Ambos, más Andy Cartagena y Guillermo Hermoso hacen campaña en México y
actúan combinados con toreros de a pie y poco torean con los nuestros.
Estos últimos, generalmente se les ubica con el propósito de abrir el cartel en muchas
poblaciones y por ello sus actuaciones son constantes, sin embargo van en carriles distintos
a los extranjeros, cada uno por su lado.
El festejo del 29 de diciembre en La México fue con Horacio Casas, Emiliano
Gamero y Alejandro Zendejas, con los Forcados Amadores de Lisboa, de Turlock y
de Mazatlán, con toros de Vistahermosa propiedad de los herederos de Don Jorge
Barbachano Ponce, que en general tuvieron buenas notas en su juego.
El quinto de la tarde, Gaspar fue un astado que tuvo la cualidad de la alegría y la nobleza
en su embestida y fue toreado por las cabalgaduras de Emiliano Gamero con desparpajo
y variedad, a veces de manera poco ortodoxa, hubo un momento clave en el cual el caballo
tropezó y parecía que el gozo se iba al pozo, pero nones, sirvió para encauzar el tercer
indulto que se concede en La México en tres temporadas seguidas, por faena a caballo.
El torero bigotón (rememorando a Ponciano Díaz vestido además de charro) logró un
homenaje que cuestionable que pudiera ser, el público unánimemente pidió y el juez de
plaza Enrique Braun otorgó; así se convierte en el primer rejoneador mexicano en lograrlo.
Los indultos conllevan que el público juzgue de acuerdo a sus emociones y por ello siempre
habrá quienes señalen con dedo flamígero el homenaje y lo cuestionen, sin embargo, las
sensaciones no siempre se acompañan de conocimiento y cabría entenderlo.
En grandes pegas, los Forcados de Lisboa, los de Turlock y los de Mazatlán emocionaron
por su arrojo y valor, el grupo californiano encabezado por George Martin Junior, fue
el que se llevó el trofeo en disputa.
Horacio Casas se fue en blanco, su actuación fue poco afortunada e incluso una de sus
cabalgaduras herida, lo cual le puso cuesta arriba la tarde con un público sensible que no
entiende del todo de razones.
Santiago Zendejas demostró que tiene muchas cualidades que le auguran una carrera
exitosa, como sus compañeros presentó una cuadra muy bien preparada y si bien no fue del
todo preciso en la colocación de los palos, se nota que se inclina por el toreo de alta escuela
y tiene conexión con el tendido.
Así las cosas me parece que combinando lo expresado, es importante enfatizar la
competencia, pues se comprueba que las corridas de rejoneo tienen su público y es benéfico
se incremente el que alternen y que en México un rejoneador como Emiliano Gamero, se
integre a los carteles con Pablo, ahora su hijo Guillermo, Ventura y Cartagena.
En España reclaman lo mismo en el caso concreto de Pablo y de Diego y desde hace años
se han quedado con las ganas.
Competir hace crecer y les vendría bien a jóvenes como Zendejas que se le notan buenas
maneras y buen futuro, pero que pudiera quedarse como tantos otros para abrir carteles de
los de a pie y no para ir demostrando que pudiera, con el tiempo, competir con los gallones.
A quienes corresponda, le dejo como dicen en Sonora, la víbora chillando.