Por muchos años llegando el mes de agosto pensaba que el siguiente asistiría a la plaza de
toros de Bilbao y después de mucho desearlo y gracias al trabajo en la gestión de empresas,
es que por fin pude cruzar el umbral de un coso que ostenta como bandera el trapío de los
astados que se presentan tarde con tarde.
Recordé al llegar, que mi padre José Luis se refería con gran afecto a Manuel Martínez
Chopera a quién conoció en la época de los sesenta del siglo pasado cuando venía a
México con toreros, por mencionar un genio, Paco Camino. Hoy en día el quinto de la
dinastía de nombre Manuel ya trabaja en la empresa con su padre, ellos gestionan en
nombre de la Junta Administrativa, las llamadas Corridas Generales.
La plaza fue inaugurada en 1962 y el primer matador de toros mexicano que pisó la obscura
arena del ruedo bilbaíno fue el Príncipe del Toreo, Alfredo Leal el 19 de agosto en el año
inaugural; en 1963 Manuel Capetillo el 24 de agosto logró obtener el primer trofeo para la
espuerta de un torero mexicano en ese ruedo.
El máximo triunfador mexicano lo es Curro Rivera (por cierto sobrino nieto de Martín
Agüero, gran torero vasco quién fue un gran ejecutor de la suerte suprema) en 1971 salió
dos veces en hombros por la puerta grande, tarea no fácil porque implica haber obtenido
dos trofeos en un mismo toro y desde entonces queda el reto para los toreros mexicanos en
lograrlo.
El 19 de agosto de 2018 en su primero de la tarde de la ganadería de Torrestrella, Luis
David Adame nos puso a soñar con una actuación de gran torería con el capote y la muleta,
rematada con la suerte suprema al encuentro, que por un pelo no quedó en mejor sitio y que
hubiera significado mucho más, que un merecido trofeo que paseó orgulloso con una
bandera mexicana al cuello.
Representó Luis David bien a México, en una plaza en la que sólo 14 matadores de toros
mexicanos en su historia lo han pisado, uno de ellos Jorge Gutiérrez en 1982 y que
sabemos que de salud actualmente va mucho mejor y eso nos causa gran alegría. Con la de
ayer fueron 23 corridas en las que ha intervenido un espada nuestro, acotando que Manolo
Martínez sufrió en 1969 un percance y en ese renglón por fortuna para los nuestros, es el
único.
Curiosamente el trazo de la plaza de Vista Alegre fue la guía para la construcción de la
plaza Nuevo Progreso de Guadalajara y el parecido es notable en su estructura, el arquitecto
tapatío José Manuel Gómez Vázquez se basó en el coso para casi 15 mil espectadores en
los planos de Luis María de Gana.
Desde luego en el coso anterior al actual, los mexicanos desde Gaona fueron protagonistas
de sucesos importantes en una tierra con un lenguaje diferente pero amable para el viajero.
Faltan varios festejos en la Semana Grande o Aste Nagustia en vasco, ya los platicaremos,
por lo pronto me despido como lo hacía mi recordado Gabino Lombana cuando al
despedirse usaba la palabra, Agur o sea que te vaya bien, en vasco.