Con diez minutos de retraso y sin respetar el orden de antigüedad de los alternantes, violando el reglamento, se llevó cabo el festejo de rejones en la plaza de toros Fermín Rivera- El Paseo, en donde Jorge Hernández y Diego Ventura fueron los triunfadores al cortar dos orejas cada uno ante un buen encierro de Marrón.

El potosinos Jorge Hernández abrió plaza con trojano de 488 kilos, al cual pasó con dos rejones de castigo, se lució con cuatro banderillas destacando, y un par de banderillas que en apariencia eran cortas, digamos tres cuartos, mató con una estocada caída y trasera. Los forcados potosinos lograron en su segundo intento una buena pega. El rejoneador saludó desde el tercio.

Con el cuarto de la noche cuajó una faena de valor a tal grado que al intentar un par a dos manos el toro hizo por él, por fortuna tanto equino como rejoneador salieron ilesos, Diego Ventura saludó al ruedo, pero el potosinos se repuso, torearon por colleras improvisadas, mató de estocada trasera y aún así le dieron las dos orejas. Una era mucho.

Diego Ventura lidió en segundo lugar a Vespaisiano de 486 kilos, lo pasó con dos rejones y después con las banderillas lució al dejar cinco en buen lugar. Señaló un pinchazo, bajo del caballo y mató al primer intento de descabello. Los forcados lograron la pega al primer intento sin lograr la cala.

Con el quinto de la noche Brindó a Giovanni Aloi, Fauro Aloi y a Jorge Hernández, lidió a Adriano de 456 kilos, dejó un rejón de castigo, puso banderillas al quiebro, una sin la rienda en caballo, arriesgó y puso a la plaza de pie. Puso tres banderillas cortas, luego al violín. Mató de estocada. Se le concedieron las dos orejas. Al juez de plaza para variar, se le paso la vuelta a los restos.

Fauro Aloi brindó a Diego Ventura, lució con los rejones y con las banderillas, realizó una faena de valor mató mal y perdió la oreja.

Con el que cerró plaza con “Tito” de 492 kilos, lo paso con un solo rejón, con las banderillas pese a mostrarse valiente dejó una trasera, una delantera un dos más en buen sitio; colocó dos banderillas al violín en buen sitio, intentó el el teléfono. Descordó al toro y se retiró entre silbidos. Regalo un toro, violando el reglamento.

“Claudio” de 468 fue el Séptimo de regalo con el cual lució con las banderillas, mató de estocada trasera y caída, aún así el juez de plaza le otorgó una oreja.

Foto: Martín Baéz