CIUDAD DE MÉXICO, CDMX. Martes 21 de marzo (Gustavo Mares, especial).- “Me duele la cornada pero más me duele no haber triunfado. Estoy contento porque hice mi mejor esfuerzo. Ya quiero volver a torear”, fueron las primeras palabras del diestro zacatecano Antonio Romero, ya ubicado en piso del hospital “Los Ángeles Mocel”, luego de la gravísima cornada que sufrió al estar actuando en la Monumental Plaza México y que le llevó a ser operado dos veces el mismo día. Aunque las intervenciones resultaron exitosas, continúa grave pero estable por el riesgo de infección.

El equipo médico comandado por el maestro Rafael Vázquez Bayod contuvo el daño de la cornada en la primera operación, que concluyó alrededor de las 02:00 horas del lunes, en tanto que a las 14:00 horas del mismo día Romero ingresó de nuevo al quirófano para que se le reconstruyeran los daños que le causó el toro de Piedras Negras.

El parte médico de los destrozos es espeluznante: “gravísima cornada perineo rectal que desgarra totalmente el esfínter anal y desgarró el recto de manera severa en aproximadamente 20 centímetros”.

La atención del diestro inició desde el momento en que los monosabios, muy bien preparados, lo evacuaron del ruedo “por nota”.

El cuerpo médico encabezado por el traumatólogo Vázquez Bayod, que sacó al diestro adelante, lo integran Mónica Jiménez Sequeiros, Ana Sofía Peña, Juan Carlos Sánchez Robles -cirujano de colon y recto-, y Marco Antonio Carreño Lomelí. De no existir complicaciones, el diestro podría dejar el hospital el próximo lunes.