En el momento que vivimos tan álgido, es importante lo que están haciendo algunas instituciones, en aras de mantener vigente las aspiraciones de los que algún día pretenden ser figuras del toreo. 

Proyectos como “México busca un torero” de Espectáculos Taurinos de México y la AMTAC o el CART de Casa Toreros -literalmente han tomado el toro por los cuernos- y mientras regresamos a lo que acostumbrábamos, vale la pena sus esfuerzos, encomiarlos.

En estos días se celebrarán los siguientes festejos del primero en busca de un lugar en próximas corridas de toros y ahora se anuncia la puesta en marcha del CART en Jalisco y se han anunciado los participantes de México, Ecuador, España, Colombia, Portugal, Perú; quienes en marzo estarán conviviendo en Guadalajara y en el país con la ilusión de lograrse un sitio importante en el toreo.

60 noveles, de diferentes nacionalidades de entre 18 y 25 años de edad asistirán al Centro de Alto Rendimiento, donde vivirán por dos meses en distintas ganaderías, en las cuales tendrán una serie de pruebas buscando su formación personal y profesional, los gastos a su cargo solamente incluyen su traslado a Guadalajara, desde su punto de origen, lo demás lo apechugan los organizadores.

Los aspirantes se irán descalificando hasta llegar a los finalistas, que tendrán como recompensa el verse anunciados posteriormente en novilladas, sus maestros altamente evaluarán sus aptitudes artísticas, valor, resistencia, actitud ante los retos, así como su perfil emocional y conocimiento de la Tauromaquia, esto con el fin de forjar a las nuevas promesas del toreo. Se tendrán clases de Cultura e Historia Taurina.

Esta experiencia taurina será transmitida por varios medios de comunicación, como lo son la televisión y redes sociales, en un programa llamado “Vivir como Torero” con el propósito de que se den a conocer.

Recientemente han nombrado a Juan José Padilla su director artístico y me parece un acierto, por las cualidades que ha demostrado el jerezano a lo largo de su carrera y su capacidad además de comunicar con claridad, sinceridad y elocuencia.

Padilla cual ave fénix y en contra de la lógica, emergió de sus propias cenizas, luchó con agallas contra la adversidad después de la brutal cornada en Zaragoza en 2011 y soportó con paciencia franciscana las penurias de una dolorosa rehabilitación. Reapareció en marzo del año siguiente en Olivenza en 2012, para el 16 de diciembre de 2018 cerrar su carrera en La México con el cariño del público, que después de las Golondrinas, le gritó ¡Torero, torero! Y le cantó El Cielito Lindo.

Dejó una lección de fortaleza, de cómo encarar la existencia y como sacarle alegría a la vida, en su despedida con el toro Guitarrista de Boquilla del Carmen, brindó por el micrófono de la transmisión de televisión a su esposa Lidia, a la que conoció convaleciendo de una grave cornada en 1989, cuando novillero en la femoral y safena, teniendo que dedicarse dos años a repartir pan al estar en dique seco. 

En su actuación de despedida en La México; fue el torero arrebatado y emotivo de siempre, deja una lección ¡Illa, Illa, Illa, Padilla Maravilla! Estoy seguro tiene las cualidades de liderazgo, para encauzar a los prospectos.

Por esto último es atinada su elección, cuando lo he escuchado siempre tiene el entusiasmo propio de quién ama lo que hace y su transmisión a los que empiezan, junto con todos los demás maestros, seguramente será de vital importancia en los resultados finales.

Es importante que ambos proyectos, caminen positivamente en aras de un futuro que recogerá los frutos, de lo que surgió en medio de una de las crisis más graves de la humanidad. Gran alegría será comunicar sus resultados, así como de otros más que vayan surgiendo en aras de mantener viva la llama encendida del toreo. Enhorabuena.